Israel reaccionó con enojo el lunes a la primera votación del Consejo de Seguridad de la ONU para exigir un "alto el fuego inmediato" en la guerra de Gaza, después de que su aliado más cercano, Estados Unidos, se abstuviera, mientras los combates arreciaban en el territorio palestino.
Inmediatamente después de que se aprobara la resolución, Israel canceló la visita de una delegación a Washington, que Estados Unidos había solicitado para discutir las preocupaciones sobre una posible invasión israelí de Rafah, en el populoso sur de Gaza.
Israel dijo que la abstención de Estados Unidos "perjudica" tanto su esfuerzo bélico como sus esfuerzos por liberar a los rehenes.
Fue "un claro retroceso de la posición consistente de Estados Unidos", indicó la oficina del primer ministro Benjamín Netanyahu.
Si bien la atención diplomática se centró en Nueva York, los combates continuaron en toda la Franja de Gaza, con las fuerzas israelíes luchando contra militantes de Hamás alrededor de al menos dos hospitales importantes.
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Washington insistió en que su abstención en el Consejo de Seguridad no marcó un cambio de política, aunque ha adoptado una línea cada vez más dura con Israel en las últimas semanas.
Estados Unidos había vetado repetidamente las resoluciones del Consejo de Seguridad que pedían un alto el fuego inmediato, pero el viernes presentó su propio texto infructuoso mencionando uno, antes de abstenerse en la resolución del lunes redactada por miembros no permanentes del Consejo.
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Aplausos en la ONU
Esto significó que la resolución, que exige un "alto el fuego inmediato" para el actual mes sagrado musulmán del Ramadán que conduce a una tregua "duradera", fue aprobada con el voto afirmativo de los otros 14 miembros del Consejo de Seguridad.
La resolución provocó aplausos en el habitualmente serio consejo y también exige que Hamás y otros militantes liberen a los rehenes que tomaron, aunque no vincula directamente la liberación con el alto el fuego.
Guerra Israel-Hamás
La guerra de Gaza estalló con el ataque sin precedentes de Hamás del 7 de octubre, que provocó alrededor de 1.160 muertos en Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes.
Los militantes también tomaron alrededor de 250 rehenes, de los cuales Israel cree que alrededor de 130 permanecen en Gaza, incluidos 33 presuntamente muertos.
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El fracaso de Netanyahu a la hora de traer a casa a los rehenes ha provocado protestas periódicas en Israel, que prometió destruir a Hamás y liberar a los cautivos, lo que ha llevado a cabo un bombardeo implacable del territorio costero y una invasión terrestre que comenzó en el norte de Gaza antes de avanzar hacia el sur.
El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza gobernada por Hamás estimó el lunes el número total de muertos palestinos en 32.333, la mayoría de ellos mujeres y niños.
Reacción de Hamás
Hamás acogió con agrado la resolución del Consejo de Seguridad y dijo que reafirmaba su disposición a negociar la liberación de rehenes a cambio de prisioneros palestinos retenidos por Israel.
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Los estados miembros están obligados a cumplir con las resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad, cuya votación se produjo mientras el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, visitaba Washington.
Tras la decisión de la ONU, Gallant afirmó que la guerra continuará. "No tenemos ningún derecho moral a detener la guerra mientras todavía haya rehenes retenidos en Gaza", expresó.
Las tensiones entre los dos aliados han aumentado junto con las preocupaciones de Estados Unidos sobre la crisis humanitaria en Gaza, donde la ONU dice que la hambruna es inminente.
La determinación de Netanyahu de lanzar una operación terrestre en Rafah, la ciudad en la frontera sur de Gaza donde se refugia la mayor parte de la población del territorio, se ha convertido en un punto clave de discordia.
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Antes de la votación de la ONU, la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, dijo a ABC TV que una invasión de Rafah sería "un gran error". Cuando se le preguntó si descartaría "consecuencias" para Israel, Harris contestó: "No descarto nada".
Antes de dirigirse a Washington, Gallant aseguró que su atención incluiría "nuestra capacidad para obtener plataformas y municiones".
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Batallas hospitalarias
Tropas y tanques han rodeado el hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza, el más grande del territorio, durante una semana y más recientemente se trasladaron al hospital Al-Amal en la principal ciudad sureña de Khan Yunis.
Israel ha calificado sus operaciones de "actividades operativas precisas" y ha dicho que ha tenido cuidado de evitar daños a los civiles, pero las agencias de ayuda han expresado alarma sobre los civiles atrapados en los combates.
El ejército israelí dijo que estaba luchando contra militantes alrededor de los dos hospitales e informó que alrededor de 20 militantes murieron alrededor de Al-Amal durante el último día en combates cuerpo a cuerpo y ataques aéreos.
Los palestinos que viven cerca de Al-Shifa han informado de condiciones infernales, incluidos cadáveres en las calles, bombardeos constantes y redadas de hombres a los que desnudan hasta quedar en ropa interior e interrogan.
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La redada de Al-Shifa estaba en su octavo día y los militares informaron haber detenido a un total de unos 500 militantes "afiliados" a Hamás y a la Jihad Islámica, otro grupo militante.
'Estamos sufriendo'
Israel ha señalado una presencia extendida en Al-Shifa, que las tropas también atacaron en noviembre, ante una protesta internacional.
En el Hospital Al-Amal, la Media Luna Roja Palestina informó que las tropas israelíes ordenaron al personal y a los pacientes la evacuación, pero el convoy que partía se quedó atascado debido a los escombros en el camino.
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La organización benéfica informó que las tropas israelíes abrieron fuego contra el personal que intentaba retirar los escombros, hiriendo a dos, uno de los cuales logró regresar al convoy. El ejército de Israel no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios, pero luego manifestó que su operación Al-Amal incluyó "redadas en varios sitios de infraestructura terrorista", donde encontraron artefactos explosivos, granadas propulsadas por cohetes y otros equipos militares.
El jefe de la ONU, Antonio Guterres, en una visita a Medio Oriente, ha pedido el fin de la "pesadilla continua" para los 2,4 millones de personas atrapadas en la peor guerra jamás vivida en Gaza y acosadas por el hambre.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, al menos 107 personas murieron en un período de 24 horas hasta el lunes, y la oficina de prensa del gobierno de Hamás indicó que más de 50 ataques aéreos llovieron sobre la Franja de Gaza.
Las fuerzas armadas de Israel dieron una cifra similar y dijeron que sus aviones de combate y helicópteros habían atacado unos 50 objetivos.
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La escasez de alimentos y agua ha profundizado el sufrimiento, especialmente en el norte de Gaza, donde los residentes, en su mayoría mujeres y niños, hacían cola para llenar bidones y cubos en Jabalia.
"Ni siquiera tenemos comida que nos dé la energía para ir a recoger agua, y mucho menos niños, mujeres y ancianos inocentes", aseguró un hombre, Bassam Mohammed al-Haou.
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