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Cientos de mercenarios colombianos combaten en la guerra en Sudán al lado de las Fuerzas de Acción Rápida (RSF, siglas en inglés), el grupo que lucha contra el Ejército regular y que ha sido acusado de crímenes de guerra en la llamada 'batalla de Al Fasher', asegura el diario 'The Guardian' en una investigación exclusiva.
Los mercenarios fueron reclutados por una compañía británica con sede en Londres llamada Zeuz Global, dirigida por dos individuos que la semana pasada aparecieron en una lista del Departamento del Tesoro estadounidense dentro de un grupo de personas de origen colombiano que fueron objeto de sanciones, precisamente por su implicación en la guerra de Sudán.
Estas dos personas -el italocolombiano Álvaro Andrés Quijano Becerra, residente en Emiratos Árabes, y el hispanocolombiano Mateo Andrés Duque Botero- figuran al frente de Zeuz Global, registrada previamente con otro nombre y que ha protagonizado varias mudanzas discretas de sede en el mismo corazón de Londres.
Según el diario, ambos han tenido un papel principal en el reclutamiento de menores para las RSF, así como para el adiestramiento tecnológico para los combatientes, y particularmente en el uso de drones que han resultado vitales para que las RSF se hicieran con El Fasher, la capital de Darfur, en una batalla que ha costado la vida a 60.000 personas y ha registrado numerosos crímenes de guerra.
"Esas armas (los drones de largo alcance) requieren de ayuda externa para operar, y sabemos que la operación de mercenarios colombianos ha sido un componente fundamental de esta asistencia externa", señaló al rotativo Mike Lewis, investigador independiente que formó parte de un panel de expertos de la ONU sobre Sudán.
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El experto denunció la laxitud legal en el Reino Unido que permite crear este tipo de empresas y que equivale a "un pasaporte para los criminales", y señaló que operaciones parecidas a la de Sudán, con implicación de británicos, también se han registrado en conflictos como los de Libia y Corea del Norte.
'The Guardian', por su parte, ya publicó hace dos meses otro artículo sobre la presencia de colombianos en Sudán donde aparecía un mercenario de esa nacionalidad, identificado como 'Carlos', encargado de reclutar y entrenar a menores, quien destacaba la profesionalidad que los colombianos aportan en los conflictos y describía su trabajo en estos términos: "La guerra es negocio".
En agosto pasado, la Unidad Investigativa de Noticias Caracol reveló videos, testimonios y documentos de exmilitares en Sudán que muestran la crueldad de una guerra en la que las víctimas civiles se cuentan por millones, y donde los colombianos hacen parte de uno de los bandos genocidas. En la secuencia de videos se ve a un grupo de exmilitares colombianos. Hacen parte de un contingente que ha llegado a Sudán a unirse a las filas de las Fuerzas de Apoyo Rápido o FAR, una facción paramilitar que desde hace dos años está en una guerra civil contra el régimen militar que gobierna a ese país, sobre todo en la región de Darfur.
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En las grabaciones, se puede ver a un grupo de colombianos atrincherados, bajo intenso fuego enemigo, intentando rescatar a un compañero herido. "Cayó Pelusa, el Flaco quedó allá... no lo pudimos ver", se escucha decir a uno de los hombres mientras se reagrupan y hacen un conteo de bajas. En el video se observa que dos hombres sostienen al colombiano herido que antes estaba tendido en el suelo, mientras se escuchan disparos a la distancia. "¿Entre quiénes nos van a ayudar a sacar? No dejemos botados a esos guevones", se escucha en el clip. Con un precario inglés, el exmilitar colombiano pide ayuda a varios integrantes paramilitares: "My friend, compa, two two two. Pa' que nos ayuden acá a apoyar a estos manes.. Vamos a ir replegando pa' sacar a este man...Ese es el problema".
EFE y NOTICIAS CARACOL