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El Gobierno de Estados Unidos impuso sanciones a una red transnacional acusada de reclutar a militares colombianos retirados y entrenar a soldados, entre ellos niños, para luchar junto al grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápida (FAR) en la guerra de Sudán, un conflicto que inició en abril de 2023.
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Según informó el Departamento del Tesoro en un comunicado, se ha sancionado a cuatro individuos y cuatro entidades que formaban parte de la red, la cual, afirmó, estaba compuesta principalmente por ciudadanos y empresas colombianas. El texto indica que, al menos desde 2024, cientos de exmilitares procedentes de Colombia han viajado a Sudán para luchar junto a las FAR.
“Las FAR han demostrado una y otra vez que están dispuestas a atacar a civiles, incluyendo bebés y niños pequeños. Su brutalidad ha profundizado el conflicto y desestabilizado la región, creando las condiciones para el crecimiento de los grupos terroristas”, declaró el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, John Hurley.
El Departamento de Estado añadió que estos combatientes han participado en batallas en todo Sudán, la más reciente en la ciudad de Al Fasher. Entre los sancionados destacan Álvaro Quijano Becerra, un militar colombiano retirado, y su esposa, Claudia Oliveros Forero, así como la Agencia de Servicios Internacionales (A4SI), fundada por el militar.
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También la corporación Maine Global, con sede en Bogotá, y su director, de nacionalidad española-colombiana, Mateo Duque Botero. Estados Unidos, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Arabia Saudita (conocidos como el Cuarteto para Sudán) propusieron a principios de noviembre un plan para una tregua de tres meses seguida de conversaciones de paz, pero fue rechazada tanto por el Ejército como por las FAR.
La guerra en Sudán ha provocado la muerte de decenas de miles de personas, además de devastar el país y convertirlo en escenario de la peor crisis humanitaria del planeta con el desplazamiento interno y externo de más de 13 millones de personas, según la ONU.
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Según Dante Hincapié, un sargento retirado con experiencia en la industria de seguridad, muchos de estos hombres han sido "engañados" y se encuentran en una situación de alto riesgo. Una vez que llegan al extranjero, se ven obligados a seguir adelante para proteger sus propias vidas y las de sus familias en Colombia.
Los exmilitares colombianos son una mano de obra muy solicitada en el mundo, reconocidos por su alta calidad y experiencia, detalló Hincapié. Sin embargo, para analistas como Juan Pappier, de Human Rights Watch, el problema radica en la falta de apoyo que reciben al retirarse del Ejército en Colombia, lo que los deja desempleados y buscando opciones laborales. Esta vulnerabilidad es aprovechada por empresas intermediarias que los reclutan para conflictos en el extranjero.
Los testimonios de Hincapié y otros exmilitares que prefirieron el anonimato señalan a un excoronel colombiano, Álvaro Quijano, y a su esposa, Claudia Olivares, como figuras clave en este negocio. Quijano, quien fue investigado por supuestos nexos con el Cartel del Norte del Valle, creó hace una década un negocio para enviar exmilitares a los Emiratos Árabes Unidos. Este emprendimiento, que comenzó como un servicio de seguridad, se ha convertido en una especie de "trata de personas", como lo describe un mercenario anónimo, con exmilitares que ahora terminan peleando en conflictos como el de Sudán.
AGENCIA EFE
MATEO MEDINA ESCOBAR
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