Hasta ahora, la única apertura al mundo desde la Franja de Gaza
que no está en manos de Israel -el cruce de Rafah hacia Egipto- permanece cerrada. La analista internacional María Teresa Aya explica por qué no hay paso por esta frontera.
“El paso está cerrado, sobre todo, por decisión de los egipcios. El filtro que pasa para tener esa frontera cerrada tiene que ver con dos temas: uno, por un lado, Gaza es importante para ellos por el apoyo a los palestinos y ellos como países árabes. Pero el tema grave y de fondo es la seguridad interna de Egipto”, señala.
“Y es que en Sheikh Zuweid están los campamentos de ISIS, capítulo Egipto, y de Hermanos Musulmanes, dos grupos terroristas que operan en la península del Sinaí. Y lo único que no quiere Egipto es que vengan refugiados palestinos, que camuflen de alguna manera a terroristas de Hamás que vengan y refuercen estos grupos contra los cuales el gobierno de Egipto ha librado una dura y fuerte batalla”, resalta la experta.
Aclara, además, que Egipto, “en el pasado ha abierto el paso, pero siempre para que pase ayuda hacia Gaza, nunca para recibir algo de Gaza”.
No obstante, el ingreso de ayuda humanitaria no ha sido posible. Sin embargo, un grupo de convoyes con pertrechos que estaban esperando en el Sinaí, en Egipto, emprendieron rumbo a este acceso, esperando poder cruzar.
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Otra razón para que el país no abra la frontera es porque “en Egipto hay elecciones presidenciales en diciembre y Abdelfatá Al Sisi es candidato otra vez y se está jugando su reelección con este tema; no solamente tiene que mostrar que es fuerte en el tema de seguridad, sino en el tema económico”, explica.
“Egipto atraviesa por una profunda crisis económica que lo ha llevado a decir que no puede cumplir con sus compromisos internacionales y recibir 500.000 refugiados generaría un impacto económico y social muy fuerte para el país que no está en este momento en capacidad de asimilar”, afirmó la analista internacional.
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“Dicho eso, también tiene que jugar un papel importante frente al Ejército, que es un actor importantísimo en la política de Egipto, tiene que mandar el mensaje de ‘yo sigo siendo fuerte frente al terrorismo, soy capaz de controlar los temas económicos y sociales de este país’. Una situación muy compleja para el presidente Al Sisi”, concluyó.