El insólito caso ocurrió en Sídney, Australia, y acaba de tener un final feliz para uno de sus protagonistas.
A Terrence Leroy lo contrataron para cumplir una extraña fantasía sexual: debía entrar sorpresivamente a una casa, atar a su cliente y frotar su ropa interior con una escoba.
El 14 de julio de 2019, Terrence fue a prestar su servicio junto a otro hombre. Ambos llevaban machetes para “hacer más creíble” la irrupción en la casa.
Una vez adentro de la vivienda, intimidaron a una persona que se despertó intempestivamente, pues no se trataba del cliente.
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Aunque los encargados de cumplir la fantasía sexual se disculparon y dejaron la casa, eso no evitó que se pusiera en alerta a la Policía.
Pese al imprevisto, ese mismo día, los hombres acabaron llegando al sitio correcto y prestaron sus servicios.
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Sin embargo, la Policía los detuvo cuando hacían un patrullaje y les pidió explicaciones por los machetes. Terrence quedó vinculado a un proceso judicial.
Para su fortuna, la semana pasada, un juez falló a su favor al considerar que el hombre entró a la casa equivocada sin intenciones de lastimar a nadie.
"Llevaban los machetes como un accesorio para usar en esa fantasía", dijo el juez al absolverlo.
Además, aceptó que los hombres realmente habían ido a cumplir la fantasía sexual de alguien que quería sentirse en una situación de rehén.