Pancartas, gritos, desfiles de travestis, avisos sobre la ira de Dios y misas gay dividieron a la multitud que, desde primera hora de la mañana, se concentró frente a la máxima instancia judicial del país, mostrando la diferencia de opiniones que este tema despierta en la sociedad estadounidense.
"La homosexualidad no debe de estructurar a Estados Unidos y este país debe de obedecer a la Biblia y honrar a Dios", gritó con un megáfono el hermano Terry frente al Supremo, rodeado por pancartas en las que podían leerse consignas "Paren el odio contra las leyes de Dios" y "Quieres cambio, pero no con Obama, sino con Jesús".
"Si dejamos que la homosexualidad se convierta en una cosa normal nuestra especie no sobrevivirá. La homosexualidad no es natural, no puede proporcionar niños", siguió el predicador, mientras una chica se colocaba frente a él con una pancarta de colores en la que podía leerse "Dios es amor" y otra mostraba un cartel con el mensaje "Tu argumento es ilógico".
Imágenes que representan los polos opuestos de una sociedad, cada vez más favorable al matrimonio homosexual, como muestran las encuestas, pero que todavía siente reticencias sobre la legalidad de unas uniones que ya son un hecho en 36 estados y el Distrito de Columbia.
Publicidad
Carolina del Norte, en el sureste del país, es uno de los estados que, en 2014, reconoció las uniones entre las personas del mismo sexo y, desde allí, llegaron hoy a Washington una decena de miembros de la iglesia baptista Pullen Memorial, famosa por su lucha social por la igualdad de derechos de negros y homosexuales.
Publicidad
"Dios ama a todos por igual y Dios nos bendice a todos sin importar a quién amamos o qué tipo de amor preferimos. Algunas personas leen la Biblia de una forma diferente y es su derecho, pero creo que al final se darán cuenta de que el amor de Dios no tiene límites y nos incluye a todos", dijo a Efe la reverenda Nancy Petty.
Enfundados con sotanas azules y barbas blancas postizas, los miembros de esta iglesia se abrieron paso entre la multitud para representar la celebración de una boda frente al alto tribunal, en la que los novios eran dos hombres, aunque uno de ellos vestía un vestido blanco de novia y un velo, adornado con flores rosas.
A su lado, decenas de manifestantes ondeaban una enorme bandera del arco iris mientras mostraban pancartas de apoyo al matrimonio gay y clamaban diferentes consignas como, "¿Qué queremos? ¡Igualdad! ¿Cuándo la queremos? ¡Ahora!" o "2, 4, 6, 8, matrimonio igual en todos los estados".
"Creemos que el amor no puede esperar y no debe de esperar más. Si miras al Tribunal Supremo puedes ver un lema 'Igualdad de Justicia bajo la Ley' y eso es lo que queremos", dijo a Efe, señalando la fachada oeste del alto tribunal, Jason Rahlan, director de comunicaciones de Human Rights Campaign, asociación que representa a 1,5 millones de homosexuales del país.
Publicidad
Enarbolando una bandera con el símbolo "=", Rahlan aseguró que la mayoría de los grupos civiles en favor del matrimonio homosexual están "llenos de esperanza" y esperan que "el matrimonio para todos" sea pronto una realidad.
Publicidad
Sin embargo, no será hasta finales de junio cuando el alto tribunal comunicará su decisión sobre si las normas estatales que prohíben los enlaces entre las personas del mismo sexo son o no inconstitucionales.
La decisión depende de la audiencia de este marets, en la que los nueve jueces del Supremo escucharan argumentos a favor y en contra de estas uniones con base en cuatro casos de alto perfil de los estados de Kentucky, Michigan, Ohio y Tennessee, que podrían hacer historia.