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Partió de Nueva Zelanda y logró reponerse gracias a la ayuda de los expertos del Zoológico de Melbourne. El ave ya emprendió el regreso a su hábitat.
El pingüino se ganó el corazón de los australianos después de llegar al país oceánico por algún motivo inexplicable. Fue encontrado flaco y cansado en la costa de Melbourne y atravesó solo el mar de Tasmania.
Michael Lynch, veterinario que estuvo a cargo de su mejoramiento, dijo que, “con el tiempo, se habría adelgazado cada vez más, hasta que llegó a tener problemas reales. Lo que tuvimos que hacer fue darle líquidos y, gradualmente, introducirle la comida”.
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Pertenece a la especie protegida fiordland y fue rescatado por la unidad de respuesta marina del zoológico. “Realmente aumentó mucho de peso aquí. Una vez que se recuperó, acumuló peso. Tenía un gran apetito. Estaba comiendo entre 20-25% de su propio peso corporal por día”, agregó Lynch.
En el mundo quedan menos de seis mil pingüinos de este tipo, por eso es valioso que regrese y se reproduzca. Contará con un chip de rastreo mientras vuelve a su hábitat para poder monitorearlo y evitar que se pierda nuevamente.
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