El papa Francisco ordenó limitar el uso del término honorífico de "monseñor" para aplicarlo sólo a unos pocos sacerdotes, una evidencia más de su deseo de que los clérigos sean servidores humildes.
La secretaría de Estado del Vaticano envió una carta a sus embajadas en la que pide informar del cambio a los obispos. De ahora en adelante, sólo los sacerdotes diocesanos que sean "capellanes del Santo Padre" pueden usar el título honoráfico, y solamente después de cumplir 65 años.
Los obispos, vicarios y arzobispos seguirán siendo llamados "monseñor" y las autoridades de la Santa Sede podrán usarlo si el puesto que ejercen amerita que lo usen.
El Vaticano hizo énfasis en que el papa Paulo VI redujo el número de títulos honorarios en 1968 y que la decisión de Francisco "debe entenderse en esa lógica, como una mayor simplificación".
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En adelante, el empleo del título 'monseñor' se mantiene para "ciertos oficios importantes" como el de obispo o vicario general de la diócesis.
El sorpresivo anuncio no fue la única noticia que dio el papa. En un acto de violación del protocolo pontificio, Francisco invitó a un amigo argentino a dar una vuelta con él en el panorámico papamóvil blanco.
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Fabián Báez, un sacerdote porteño, no tenía una entrada VIP para la audiencia general del miércoles. Pero apenas Francisco lo vio en la multitud, indicó a los gendarmes que ayudaran a Báez a saltar la barricada para acercarse.
El Papa invitó al sacerdote a subir al vehículo y acompañarlo en la vuelta por la Plaza de San Pedro, durante la cual saludó a la gente y besó a varios bebés.
Báez dijo luego a los periodistas que estaba atónito: "Me preguntaba, ¿qué estoy haciendo aquí? ¡Mamma mia!"