La madre, de 26 años, solo era una bebé cuando el óvulo fue fertilizado. Es considerada la inseminación más longeva que tiene éxito.
Tina Gibson es la madre de Emma, quien vino al mundo el 25 de noviembre en Tennessee, Estados Unidos. Nació completamente sana, con un peso de 2.940 gramos y una estatura de 50 cm.
Tina y su esposo habían tratado tener un hijo, pero por diferentes razones, no había podido. La pareja, un tanto frustrada, decidió recurrir a embriones congelados. En el primer intento fracasó la fecundación, por lo que tuvieron que realizar nuevamente el procedimiento.
En la segunda ocasión, la fecundación fue totalmente exitosa por lo que los médicos del Centro Nacional de Donación de Embriones de Estados Unidos les revelaron la procedencia del embrión que iba a ser su bebé. Este cigoto surgió de una fecundación in vitro hace un cuarto de siglo, que había dejado cuatro embriones sobrantes.
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El cigoto estuvo congelado hasta que Tina y Benjamin, su esposo, lo escogieron por pura casualidad.
“Es el (embrión) más longevo congelado que ha nacido satisfactoriamente. Es muy excitante que esto haya sucedido, sobre todo considerando la edad del embrión”, comentó Carol Sommerfelt, embrióloga que atendió a la pareja.
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La pareja quedó estupefacta ante la revelación. “¿Se da cuenta de que yo tengo 25 años? Este embrión y yo podríamos haber sido las mejores amigas”, dijo la madre sorprendida a la doctora en el momento de la revelación.
Ese embrión de 25 años ahora es la pequeña Emma, de tan solo un mes de nacida. A pesar del tiempo de congelación, todo apunta a que no afectó en nada a la bebé.
"Estamos tan agradecidos y bendecidos. Ella es un precioso regalo de Navidad del Señor”, afirmó muy alegre Tina.