El hecho ocurrió en Juliaca, región de Puno. La multitud acusaba a Efraín Condori Gómez de ingresar junto a cuatro hombres más a la vivienda de un par de comerciantes para robarles el dinero de la venta de un vehículo.
Según la prensa peruana, las víctimas, Hernán Calisalla Carcausto y Berta Mamani Justo, intentaron defenderse y por ello fueron asesinadas.
Uno de los hijos de las víctimas logró huir y alertó a los vecinos, quienes lograron atrapar a Condori en su huida y decidieron tomar justicia por sus propias manos.
Después de golpearlo brutalmente, le prendieron fuego. Pese a que el hombre intentó apagar las llamas con sus manos no lo logró, como tampoco evitar los golpes que la enardecida turba le seguía lanzando.
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Debido a las quemaduras y los traumas, el hombre murió en el lugar. La Policía hizo presencia en el sitio tras el linchamiento.