El hasta ahora primer ministro británico, Rishi Sunak, anunció este viernes 5 de julio su dimisión como jefe del Partido Conservador tras su aplastante derrota ante los laboristas en las elecciones legislativas.
"Tras este resultado, dejaré el cargo de líder del partido, no de inmediato, sino una vez que todo esté en marcha para designar a mi sucesor", dijo al abandonar Downing Street y antes de presentar su dimisión al rey Carlos III.
¿Quién reemplazará al primer ministro británico?
La victoria de los laboristas abrirá una etapa de "cambio" y "renovación nacional", afirmó el viernes su líder, Keir Starmer, próximo primer ministro, tras 14 años de gobiernos conservadores.
Starmer y los laboristas se hicieron con 409 de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, según los últimos resultados del viernes por la mañana, a falta del recuento de ocho circunscripciones.
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Los conservadores del depuesto primer ministro, Rishi Sunak, obtuvieron 119 escaños, su cifra más baja en unas elecciones desde la fundación del partido en 1834, por debajo de los 156 logrados en 1906, su anterior peor registro.
"Los votantes han hablado y están listos para el cambio, para poner fin a la política de espectáculo y volver a la política como un servicio a la ciudadanía", declaró Starmer, de 61 años, en un discurso tras su reelección como diputado en su circunscripción del norte de Londres.
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"Hoy iniciamos un nuevo capítulo, iniciamos este esfuerzo de cambio, esta misión de renovación nacional, y comenzamos a reconstruir nuestro país", añadió el líder laborista, que dará sus primeros pasos en la escena internacional la próxima semana en una cumbre de la OTAN en Washington.
La formación de extrema derecha Reform UK, de Nigel Farage, uno de los impulsores del Brexit, hizo su entrada en el Parlamento, con cuatro escaños por el momento.
"La revuelta contra el establishment está en marcha", afirmó en la red X Farage, de 60 años, que logró el escaño de diputado en su octava tentativa.
Viraje al centro
Pese a su holgada victoria, Starmer no superó el récord de diputados laboristas (418), obtenido por Tony Blair en 1997, cuando puso fin a 18 años de gobiernos conservadores.
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Los primeros dirigentes en felicitar a Starmer fueron el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que habló de "victoria electoral histórica", y el primer ministro australiano, Anthony Albanese, que dijo esperar "trabajar constructivamente" con el nuevo gobierno británico.
Starmer, que acercó a su partido hacia posiciones más de centro tras la derrota laborista en las elecciones de 2019 de su antecesor, Jeremy Corbyn, de corte más izquierdista, hizo una campaña por el "cambio" menos radical.
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Corbyn, de 74 años, expulsado del Partido Laborista acusado de tomas de posición antisemitas, renovó su escaño, al lograr el primer puesto en su circunscripción de Islington North, en Londres.
Starmer prometió una gestión cautelosa de la economía, dentro de un plan de crecimiento a largo plazo que incluye potenciar los criticados servicios públicos, en particular el denostado sistema de salud.
El líder conservador Rishi Sunak, al que algunas encuestas ponían en duda que fuera reelecto como diputado, conservó su escaño al imponerse en su circunscripción, en Richmond, en el norte de Inglaterra.
"Cambio de manos"
"El Partido Laborista ha ganado estas elecciones. Los británicos dieron un veredicto claro y asumo la responsabilidad. Hoy, el poder cambia de manos, de manera pacífica y ordenada con buena voluntad de todas las partes", dijo Sunak.
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Si Sunak pudo sacar su plaza en el Parlamento, no fue el caso de otros pesos pesados del Partido Conservador, como su predecesora en el cargo de jefa de gobierno, Liz Truss, o los ministros de Defensa, Grant Shapps, y de Cultura, Lucy Frazer.
El líder conservador deja el cargo menos de dos años después de haber sido nombrado primer ministro, en octubre de 2022, cuando asumió tras un desastroso mandato a nivel económico, de apenas 49 días, de Truss, que había sustituido a Boris Johnson, envuelto en el escándalo de las fiestas en su residencia oficial durante la pandemia de COVID-19.
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El Partido Conservador, con luchas internas y sumido en una profunda crisis, estaba en el poder desde mayo de 2010, primero con David Cameron como primer ministro, seguido por Theresa May y luego Johnson.
El Brexit, en 2020, el COVID, el aumento del costo de vida y un criticado funcionamiento del servicio de salud, acabaron pasando factura a los conservadores.
Tras las repetidas acusaciones de Sunak de que una victoria laborista "se traduciría en impuestos mayores para una generación", Starmer ha buscado tranquilizar a los electores insistiendo en que solo subirá las tasas a ciertos contribuyentes, entre ellos escuelas privadas o empresas del sector de hidrocarburos, pero no a los trabajadores.
Starmer ya anunció que abandonará el proyecto conservador de fletar aviones a Ruanda con migrantes irregulares para combatir las llegadas masivas de personas cruzando el canal de la Mancha, que separa Inglaterra y Francia.
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