Con el fin de que Earl, un felino de tan solo un año, recuperara su movilidad, el centro educativo de Kettering se las ingenió para construirle este vehículo.
Debido a un accidente el animal quedó paralizado. Pero como todo gato tiene siete vidas, Earl tuvo la fortuna de sobrevivir y ser adoptado por un refugio para mascotas.
Gracias a esta iniciativa ahora puede movilizarse y llevar una vida como un gato normal.