Joe Biden ha tenido que sortear muchas crisis para llegar a la Casa Blanca. No está cansado de hacer política, pero sí de sufrir pérdidas.Nació en una familia de clase media en Scranton, Pensilvania, pero vivió la mayor parte de su vida en Wilmington, Delaware."No puedo pensar en nada más que me haya despojado de mi dignidad tan rápida, profunda y tan hondamente como cuando tartamudeé en la escuela primaria", reconoce el demócrata al recordar el bullying que soportó. Pero sobrellevó su problema gracias a la ayuda de su madre y a recitar poemas durante horas al frente de un espejo.En 1968 se graduó en la escuela de Derecho de Syracuse en medio de dificultades y acusaciones de plagio.Durante esos años conoció a su primera esposa, Neilia Hunter, con quien tuvo tres hijos: Beau, Hunter y Naomi.Su primera elección fue como concejal de un condado en el norte de Delaware. Dos años después se postuló al Senado y resultó electo, tenía 29 años y ya era el sexto congresista más joven en la historia de Estados Unidos.Días antes de posesionarse enfrentó su primera gran pérdida: un accidente automovilístico le quitó la vida a su esposa y a su hija de un año Naomi, un 18 de diciembre. Beau y Hunter, que se salvaron, fueron la única razón por la que Joe Biden se juramentó al lado de una cama de hospital, donde los niños se recuperaban.Luego de tres años, siendo padre soltero, conoció a quien se convertiría en su compañera de vida, Jill Biden, su segunda esposa y madre de Ashley. Ellas dos, junto a Beau y Hunter, vieron cómo poco a poco el político volvía a vivir y ascendía, despertando admiración entre colegas y jóvenes como Chris Coons, hace 30 años su practicante en el comité judicial y hoy su sucesor."Lo he visto en momentos de enormes dificultades y tensión, tú sabes, un debate en la Casa Blanca, pero si sus hijos o nietos lo llaman al teléfono él se para y toma sus llamadas sin importar nada ni dónde, esa es una promesa de vida hecha a ellos", cuenta.Quizás son esos valores y ese carácter que destaca Coons los que le merecieron a Biden un paso brillante por el Senado durante 36 años, siendo presidente de los comités judicial y de asuntos exteriores e impulsando 42 leyes.También es recordado por presidir audiencias claves en el comité judicial en el marco de la guerra contra las drogas y por donde pasaron colaboradores del cartel de Medellín e informantes protegidos.Buscó la presidencia, quizás de manera prematura, en 1987, con una campaña que nunca terminó de florecer. A los tres meses fue cancelada en medio de acusaciones de plagio.También ha sido sujeto a críticas por sus votos en el Senado, en especial aquellos que definían si se iniciaban o no guerras como la del Golfo en 1991.Biden se opuso a autorizar al entonces presidente George Bush a liderar una coalición internacional, autorizada por Naciones Unidas, para obligar a Sadam Husein a retirar sus tropas de Kuwait luego de haberlo invadido.Su voto negativo le mereció críticas a la postre, aún más luego de que 11 años después fuera él uno de los 77 votos que autorizaron la invasión de Irak bajo la administración de George W. Bush; lo que antes le pareció un error ahora era legítimo, escudado en la teoría de la posesión de armas de destrucción masiva.El político siguió su carrera en el Senado hasta 2008, cuando nuevamente volvió a lanzarse al ruedo presidencial.En esa ocasión llegó hasta las asambleas de Iowa en las primarias, quedó de quinto y aun cuando su nombre no fue considerado para la presidencia sí apareció en el tarjetón como coequipero de Barack Obama.Fueron ocho años en la Casa Blanca en los que recibió, de manos del jefe de Estado, el máximo reconocimiento que se le puede dar a un civil en Estados Unidos, la medalla presidencial de la libertad.Tristemente, su segundo período en la vicepresidencia se opacó con la segunda gran pérdida que sufrió en su vida: su hijo mayor Beau Biden falleció de cáncer cerebral.La vida del demócrata tampoco escapa de las controversias. Siete mujeres lo han acusado de abuso. El testimonio más duro es el de Tara Reade, su exasistente en el Senado que contó en programas como 60 minutos de Australia los aberrantes detalles de cómo, en uno de los pasillos del Congreso, Biden habría abusado de ella“Él me dijo ‘te quiero coger’ y estaba susurrándome al oído, estaba besándome y yo me estaba tratando de escapar de él, entonces lo alejé… y tomó su mano, la puso debajo de mi falda”, afirmó.El exvicepresidente ha negado constantemente los alegatos, así como los de otras mujeres que lo han señalado de tocarlas inapropiadamente.Donald Trump lo ha tachado de dormilón y de viejo senil, rótulos que para Biden no son nada al lado de una vida llena de enfrentamientos y pulsos. El de esta ocasión, el más importante, puede ser también el último.
Kamala Harris representa lo mejor de la sociedad estadounidense. Su multiculturalidad. No solo tiene herencia de la cultura india tamil gracias a su madre, una científica especializada en cáncer de seno que emigró en los años 60, sino también de la afrocaribeña por su padre, un economista jamaiquino que llegó a California para hacer sus estudios de doctorado.Sus padres se separaron cuando ella era niña y por ello se crio con su mamá, quien, pese a darles nombres hindús para preservar su cultura, decidió que ella y su hermana se identificaran como afroamericanas, y así facilitarles su inclusión en la sociedad.Kamala Harris nació en Oakland, California, en 1964 y asistió tanto a una iglesia Bautista como un templo hindú. También vivió en Canadá durante cinco años, por el trabajo de su madre como investigadora.Toda esta mezcla de razas y aprendizajes han hecho que sea una mujer de muchas facetas.La primera, la de abogada. Logró títulos en Ciencias Políticas y Economía de la Universidad de Howard y posteriormente su grado en Leyes de la Universidad de California.En el 2003 Kamala Harris ocupó la Fiscalía de San Francisco antes de ser nombrada fiscal general del estado, cargo en el que estuvo hasta el 2017.En este rol luchó porque las trabajadoras sexuales menores de edad no fueran procesadas como delincuentes sino como víctimas. También subió la tasa de condenas y fundó un programa de rehabilitación para personas condenadas por delitos menores de tráfico de estupefacientes.Algo que le reprochan sus detractores es haber sido demasiado punitiva y ambigua, pues a pesar de no estar de acuerdo con la pena de muerte, la aplicó durante su paso por la Fiscalía.Su carisma y habilidad la llevaron a la segunda faceta, la de senadora de California, cargo al que llegó en 2017.Allí sus especialidades fueron la seguridad nacional, asuntos de inteligencia y la justicia. El diario The New York Times resaltó que apoyó e impulsó políticas para cambiar la situación de grupos vulnerables y marginados como las mujeres, personas afro y los estadounidenses de bajos ingresos.También fue muy crítica con el presidente Donald Trump, quien la llamó “mediocre”.Vea todos los detalles de las elecciones a la Presidencia de los Estados UnidosFue allí en donde empezó a brillar como una de las nuevas estrellas del Partido Demócrata. Ello la llevó a lanzarse a la campaña para la nominación a la Presidencia de su partido, que pronto abandonó por falta de recursos y porque no contó con el suficiente apoyo.Pese a los enfrentamientos con Joe Biden en las primarias, este la eligió para ser su fórmula a la Vicepresidencia.Cargo al que llega para romper hitos históricos: es la primera mujer, la primera afro y la primera asiática en ocupar tan alta distinción.Tendrá que quitarle tiempo a su familia, está casada con el abogado Douglas Emhoff y tiene dos hijastros, y a su afición por cocinar, especialmente comida india.Pero lo hará porque vive su vida bajo el mantra que su madre le inculcó: “Puedes ser la primera, pero asegúrate de no ser la última".
El Colegio Electoral ratificó este lunes la victoria de Joe Biden en las elecciones en Estados Unidos, una oportunidad que el político demócrata va a aprovechar para hacer un llamado a "pasar la página", pese a la tenaz negativa de Donald Trump a reconocer la derrota.Sin sorpresa, los grandes electores reunidos este lunes en todo Estados Unidos para formalizar el resultado de los comicios del 3 de noviembre confirmaron la victoria de Biden, quien el 20 de enero asumirá como el 46º presidente de Estados Unidos.Este proceso meramente formal adquirió un cariz inusual este año por la negativa a reconocer su derrota del presidente saliente.Con el voto de los numerosos delegados de California, donde Biden se impuso por un 63% de los sufragios, el demócrata superó ampliamente la cota necesaria para llegar a la Casa Blanca, establecida en 270 votos electorales.Biden, exvicepresidente de Barack Obama, tiene previsto un discurso a las 19H30 horas (01H30 GMT) desde su feudo de Delaware para celebrar este último paso que consagra de forma definitiva su victoria y que, según él, es la prueba de "la fortaleza y la resiliencia" de la democracia estadounidense."En esta batalla por el alma de Estados Unidos, prevaleció la democracia (...) La integridad de nuestras elecciones permanece intacta", dirá Biden, en una clara referencia a la persistente negativa de Trump a aceptar la derrota.Según los extractos del discurso también va a llamar a "pasar página", reiterando su habitual llamado a la unidad y la sanación.Este proceso, que es transmitido en directo por muchas cadenas, habitualmente no pasa de ser una formalidad, pero la posición de Trump, sus denuncias de irregularidades y la batalla judicial que emprendió en varios estados -sin ningún éxito- para impugnar los resultados aumentaron el interés mediático.La propia Corte Suprema -que cuenta con una mayoría conservadora gracias a que Trump designó a tres de sus magistrados- se negó el viernes siquiera a considerar dos demandas de los republicanos.Los resultados de la elección del 3 de noviembre ya han sido certificados por los 50 estados más el Distrito de Columbia. El demócrata ganó con 81,3 millones de votos, 51,3% de los sufragios emitidos, frente a 74,2 millones (46,8%) del magnate republicano.Pero en Estados Unidos el inquilino de la Casa Blanca es elegido por sufragio universal indirecto, y cada estado dispone de un número de grandes electores determinado por su población. Biden se encamina a obtener 316 votos frente a 232 de Trump."Espero que puedan verme sonreír detrás de la mascarilla", dijo en Pensilvania la demócrata Nancy Patton Mills, que presidió la votación en este estado.La mayoría de los grandes electores son personas desconocidas por la opinión pública, pero también hay personalidades como la excandidata presidencial Hillary Clinton, que votó en Nueva York.Hillary Clinton -que en 2016 ganó el voto electoral, pero obtuvo menos electores que Trump- dijo en Twitter que no cree en este sistema, pero que aún así se siente orgullosa de haber votado por Biden."Creo que deberíamos abolir el Colegio Electoral y seleccionar a nuestro presidente según quién sea el ganador del voto popular", indicó.Sin reconocimiento por TrumpAunque en los últimos años ha habido algunos "electores díscolos", que votaron por un candidato que no ganó en su estado, este número nunca ha sido suficiente para cambiar el resultado de una elección.Un gran número de legisladores republicanos respaldan las afirmaciones de fraude de Trump, pero otros se han desmarcado y se prevé que otro grupo comience a reconocer la victoria de Biden, una vez ratificada por el Colegio Electoral.Sin embargo, no se espera que Trump acepte su derrota, pero tampoco que se niegue a abandonar la Casa Blanca. Probablemente sí evite reunirse con Biden en el tradicional posado juntos.Este fin de semana evitó contestar una pregunta sobre si asistiría a la toma de posesión de Biden.Algunos aliados de Trump han especulado con la posibilidad de impugnar el resultado el 6 de enero, cuando el Congreso valide formalmente el recuento del Colegio Electoral. Esta estrategia tiene una posibilidad de éxito prácticamente nula, pero sería una muestra más del estado de profunda división con el que Biden comenzará su Presidencia.En un indicio del cambio de viento, el apoyo a Trump del equipo del diario The Wall Street Journal se resquebrajó y este lunes en su editorial el periódico financiero lo instó a "pasar la página".
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a declararse este sábado víctima de un robo en las elecciones que perdió el mes pasado, y en su primer mitin poselectoral aseguró ante una multitud de seguidores que acabará ganando los comicios.Más de un mes después de las presidenciales, Trump lanzó otra serie de acusaciones infundadas sobre las elecciones ganadas por el demócrata Joe Biden.El mandatario había viajado a Valdosta, en el estado de Georgia, para apoyar a los dos candidatos republicanos que disputarán unas elecciones claves para el control del Senado en enero.Pero en su discurso de casi dos horas, Trump, de 74 años, aprovechó el estrado para asegurar que no iba a tirar la toalla. Sus declaraciones lograron una reacción entusiasta de sus seguidores, de los cuales pocos llevaban mascarilla, a pesar del repunte de los casos de COVID-19 en Estados Unidos."Vamos a ganar estas elecciones", dijo el presidente, en un mitin que recordó los de su reciente campaña electoral. "Está amañado", añadió respecto a la victoria de Biden.Su actitud ya genera dudas sobre cómo reaccionará ante la futura investidura de Biden, el 20 de enero."Los estados claves por los que luchamos ahora, yo los gané con mucho margen", declaró Trump falsamente. "Y tengo que decir que, si perdí, seré un perdedor muy elegante (...) Pero uno no puede aceptarlo cuando roban, manipulan y amañan", añadió. Legislativas clavesTrump apenas ha salido de la Casa Blanca desde que los medios estadounidenses anunciaron la victoria de Biden el 7 de noviembre.Algunos republicanos han mostrado su preocupación ante la posibilidad de que las constantes acusaciones de fraude de Trump reduzcan la participación en las elecciones por el Senado en Georgia.Hay mucho juego en la segunda vuelta de los comicios en ese estado. Si los contendientes demócratas Raphael Warnock y Jon Ossoff derrotan a los republicanos Kelly Loeffler y David Perdue, el Senado se dividirá en dos bancadas de 50 miembros, lo que significa que la vicepresidenta demócrata Kamala Harris tendrá el voto decisivo, como dicta la Constitución."Los votantes de Georgia determinarán qué partido dirige cada comité, redacta cada artículo legislativo, controla cada dólar del contribuyente", subrayó Trump. "Muy simple, van a decidir si sus hijos crecen en un país socialista o si lo hacen en un país libre", lanzó.La carrera ha atraído una atención enorme: donantes de todo el país han entregado cientos de millones de dólares, y figuras tan destacadas como el exmandatario Barack Obama, el vicepresidente Mike Pence -y ahora el propio Trump- luchan por impulsar la participación de los votantes.Mensajes contradictoriosA pesar de una serie de reveses judiciales, el presidente y sus abogados han propagado disparatadas teorías de conspiración (incluso una que involucra al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez) para explicar la victoria de Biden.Biden ganó por unos 12.000 votos en Georgia. Un recuento de los sufragios confirmó la victoria del demócrata, pero eso no impidió que, según la prensa estadounidense, Trump llamara el sábado al gobernador de este estado del sur, el republicano Brian Kemp, para pedirle que presionara a los legisladores de Georgia con el fin de anular el resultado.Según el Washington Post, Kemp, antaño un fiel aliado de Trump, rechazó sus presiones este sábado.El mandatario no se lo ha puesto fácil a los republicanos de Georgia, atacando con furia a las autoridades de su propio partido por su derrota en ese estado.A pesar de sus acusaciones sobre los comicios, hubo un momento en el que Trump pareció aceptar la realidad."Un amigo mío me dijo: 'Oh, no se preocupe señor, está muy por delante en los sondeos, ganará en 2024'", contó durante el mitin. "Y yo dije: 'no quiero esperar hasta 2024. Quiero volver tres semanas atrás'".
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, presentó este martes a los miembros del equipo de seguridad nacional y de exteriores de su futuro Gobierno, "listo para liderar el mundo", iniciando así formalmente el proceso de transición, después de que el mandatario saliente Donald Trump diera luz verde a la transferencia de poder.En un acto en Wilmington (Delaware), donde reside, y flanqueado por la vicepresidenta electa, Kamala Harris, y algunos de los integrantes de su futuro Gabinete, Biden mostró un equipo "que refleja el hecho de que EE. UU. está de vuelta, listo para liderar el mundo, no retirarse de él".Toda una declaración de intenciones frente a la que ha sido la política de exteriores y de seguridad nacional del presidente saliente, Donald Trump, que ha roto con sus aliados tradicionales guiado por su lema "EE. UU., primero".En ese sentido, Biden explicó que sus elegidos tendrán como tarea restablecer "el liderazgo global y moral de EE. UU.".Reimaginar la política exterior"No solo repararán sino que reimaginarán la política exterior y la seguridad nacional para la próxima generación", proclamó el que fuera vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), que el próximo 20 de enero asumirá las riendas de la primera potencia mundial.El gobernante electo apareció rodeado por algunos de los futuros miembros de su Administración, si es que son confirmados por el Senado, cubiertos con mascarillas faciales para protegerse de la COVID-19, que se fueron quitando conforme intervinieron uno a uno.La elección de Antony Blinken como futuro secretario de Estado; Alejandro Mayorkas, como titular del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés); John Kerry, como enviado presidencial para el Clima; Avril Haines como directora de la Inteligencia Nacional; Linda Thomas-Greenfield, como embajadora de EE. UU. ante la ONU; y Jake Sullivan, como asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca; fue anunciada ayer por Biden, que este martes hizo de maestro de ceremonias en su presentación en sociedad.La veterana diplomática afroamericana, Linda Thomas-Greenfield, no pudo ser más clara y dirigiéndose a Biden afirmó: "Le quiero decir que EE. UU. está vuelta, el multilateralismo está de vuelta, la diplomacia está de vuelta. Señor presidente electo, a menudo he oído cómo usted ve que toda la política es personal, y así es como uno construye relaciones de confianza y crea puentes ante los desacuerdos y se encuentran puntos en común".Entretanto, Blinken abogó por actuar con humildad y confianza para resolver los problemas en el mundo, donde EE.UU. necesita de la cooperación con otros países: "necesitamos su colaboración, pero también confianza porque EE. UU. todavía tiene una gran capacidad, más que ningún otro país sobre la Tierra para unir al resto para afrontar los desafíos de nuestro tiempo".La crisis climática, una prioridadLa apuesta de Biden y Harris por afrontar la crisis climática como una de las prioridades de la que será su Administración quedó patente en las palabras de Kerry, que asumirá un puesto de nueva creación, mientras que el cubano-estadounidense Mayorkas hizo historia al ser presentado como el primer latino e inmigrante que estará al frente del DHS, una elección de la que Biden confesó que está "orgulloso".El proceso transitorio se agilizará a partir de ahora después de que el lunes Trump indicara que había dado luz verde a la transferencia de poder a Biden, pese a no haber aceptado aún su derrota en las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre.Los ojos están ahora en el Senado encargado de aprobar los futuros cargos de la Administración de Biden y donde los republicanos podrían mantener en enero la mayoría actual. De hecho, el líder de la mayoría conservadora en la Cámara Alta, Mitch McConnell, todavía no ha reconocido la victoria de Biden, al igual que la mayoría de legisladores del partido, aunque cada vez están apareciendo más voces discordantes.A ese respecto, Biden esperó este martes que sus nominados "reciban una pronta audiencia".Minutos después de que acabara el acto de Biden y de su equipo, una aparente sensación de normalidad se instalaba en la Casa Blanca, con la celebración de la tradicional ceremonia del indulto presidencial al pavo de Acción de Gracias, con la presencia de Trump y de su esposa, Melania.
Pensilvania certificó los resultados de la elección presidencial de Estados Unidos que dieron por ganador al demócrata Joe Biden el 3 de noviembre en ese estado clave, informó el martes el gobernador Tom Wolf.El departamento de Estado de Pensilvania "certificó los resultados", tuiteó Wolf, y anunció que firmó el certificado que confirma el triunfo de Biden y su compañera de fórmula Kamala Harris sobre el presidente Donald Trump en este estado con 20 votos en el Colegio Electoral.Los resultados finales muestran que Biden ganó en Pensilvania, uno de los estados bisagra, por 81.000 votos sobre un total de 6,9 millones de sufragios.En este estado tradicionalmente demócrata, Trump venció hace cuatro años a Hillary Clinton por apenas 44.000 votos.Wolf felicitó asimismo a los funcionarios electorales "que han estado bajo ataque constante y han hecho un trabajo admirable y honorable".El lunes, una comisión especial ya había certificado la victoria de Biden frente a Trump en Michigan, otro estado bisagra que el republicano ganó por poco en 2016.En Michigan, donde 5,5 millones de personas votaron, Biden se impuso por cerca de 156.000 votos sobre Trump para conseguir sus 16 votos en el Colegio Electoral.La certificación de los resultados electorales suele ser un mero trámite, pero Trump, que no acepta aún su derrota, intentó retrasar el proceso al impugnar los resultados ante la justicia.En Pensilvania, un juez federal desestimó una demanda presentada por el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, que denunciaba fraude electoral en el estado.Al tiempo que dio su permiso para iniciar la transición a un gobierno demócrata, Trump prometió el lunes seguir luchando para probar que hubo fraude en su contra en la elección. No obstante, sigue sin ofrecer pruebas.
El presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, indicó este lunes que daba luz verde a la transferencia de poder al demócrata Joe Biden, ganador de los comicios presidenciales, aunque sigue sin reconocer su derrota."Quiero agradecer a Emily Murphy en GSA (la Administración General de Servicios) por su firme dedicación y lealtad a nuestro país. Ha sido acosada, amenazada y objeto de abusos -y no quiero ver que esto le pasa a ella, su familia o a empleados de GSA", tuiteó Trump, e indicó que ha dado instrucciones a su equipo para que hagan lo necesario respecto a los "protocolos iniciales" de la transición.
Rudy Giuliani compareció este jueves para insistir en las denuncias, sin pruebas, de un supuesto fraude en las elecciones del 3 de noviembre. Sin embargo, el abogado del presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, se convirtió en tendencia en las redes sociales no por sus pleitos, sino por los chorretones de lo que parecía tinte para el pelo deslizándose por sus mejillas.La que Trump había anunciado en su cuenta de Twitter como una rueda de prensa en la que sus abogados darían a conocer "un camino muy claro y viable a la victoria" terminó convertida en pura chanza en las redes sociales."Lo que les estoy describiendo es un fraude masivo. No es algo pequeño", afirmó Giuliani, mientras se quejaba de la cobertura "tan deshonesta" por parte de los medios, en su intervención desde la sede del Comité Nacional Republicano en Washington.Pero sus palabras quedaron en un segundo plano, ya que por su rostro sudado corrían dos hilos de un líquido oscuro que se desprendían de su cabello y llegaban hasta las mejillas.Una imagen que no pasó desapercibida por los periodistas de los medios de comunicación que cubrían la conferencia y los internautas.Rudy Giuliani "parecía que estaba comenzando a derretirse", señaló el diario The New York Times, que consultó con varios peluqueros de Manhattan, quienes coincidieron en que el líquido oscuro "no era tinte para el cabello".Algunos de los consultados indicaron que pudo tratarse de rímel o de un lápiz de retoque para las patillas."Las patillas son más grises que el resto de la cabeza”, declaró al rotativo Mirko Vergani, director creativo de color en un salón en el centro de Manhattan, e indicó que se puede "aplicar rímel para retocar un poco el lado gris".Los internautas no dejaron pasar la oportunidad para crear memes con la cara de Rudy Giuliani.El abogado de Trump ya protagonizó el pasado 7 de noviembre, cuando las proyecciones de los medios dieron como ganador en los comicios presidenciales al demócrata Joe Biden, una rueda de prensa memorable en Filadelfia, en el estado de Pensilvania, que en un principio había sido programada en un conocido hotel y acabó teniendo lugar en el aparcamiento de una empresa de jardinería frente a un sex shop.
Chris Krebs ha asegurado en los últimos días que no había pruebas de “que el sistema haya perdido o pirateado”.El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes el despido del más alto funcionario de seguridad electoral del país por rechazar las denuncias del mandatario sobre un presunto fraude "masivo" en las recientes elecciones ganadas por el demócrata Joe Biden."La reciente declaración de Chris Krebs sobre la seguridad de las elecciones de 2020 fue muy inexacta, ya que hubo muchas cosas inapropiadas y fraude", tuiteó Trump."Por lo tanto, con efecto inmediato, Chris Krebs ha sido destituido como director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA)".Esa agencia gubernamental se dedicó en los últimos días a negar las acusaciones de fraude electoral del presidente."No hay ninguna prueba de que algún sistema de votación haya eliminado, perdido o cambiado votos, ni haya sido pirateado", declaró la CISA en un comunicado firmado con otras agencias estadounidenses encargadas de la seguridad de las elecciones."Las elecciones del 3 de noviembre fueron las más seguras de la historia de Estados Unidos", añadieron.
Ocho días después de que se anunciaran los resultados de la elección presidencial en Estados Unidos, Donald Trump pareció admitir su derrota en un tuit publicado este domingo, aunque no tardó en dar marcha atrás y denunciar de nuevo un fraude masivo sin dar ninguna prueba.El domingo por la mañana, en medio de una larga serie de airados tuits y retuits, el magnate republicano se refirió explícitamente por primera vez a la victoria de Joe Biden."Él gano porque la elección fue amañada", escribió Trump en referencia al exvicepresidente de Barack Obama.El mandatario volvía así a su hipótesis de un fraude masivo -que no ha sido respaldada por ningún dato concreto-, aunque las dos primeras palabras de su tuit ("He won" - "Él ganó") llamaban la atención por ser la primera vez que las pronunciaba tras el anuncio de los resultados.Pero, poco más de una hora después, y frente a la avalancha de reacciones suscitadas por su mensaje, replicó enérgicamente en el otro sentido."Solo ganó a los ojos de los medios fake news", lanzó."¡No concedo nada! ¡Tenemos todavía un largo camino por recorrer! La elección estaba amañada", añadió el presidente saliente, quien ha fracasado en su intento por ser reelegido, al contrario que sus tres predecesores Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton.Varios de estos mensajes llevaban una etiqueta de Twitter alertando de que "esta denuncia de fraude electoral es controvertida".El viernes, Trump ya se había referido por primera vez -aunque a medias- a la victoria de su adversario demócrata al dejar entender, antes de retractarse, que él ya no estaría más al frente de la gestión de la crisis del coronavirus después del 20 de enero, día de la toma de posesión presidencial."Daños"Desde el mismo 3 de noviembre, cuando todavía no se conocían todos los resultados, Trump ha adoptado una postura muy beligerante, prometiendo una verdadera guerra judicial.Miles de seguidores suyos se manifestaron en Washington el sábado, apoyando sus acusaciones de fraude en una protesta mayormente festiva que acabó con algunos enfrentamientos con grupos rivales. Al menos 20 personas fueron detenidas, según medios locales, incluyendo cuatro por infringir la ley de armas de fuego y uno por violencia contra un policía.Pero, en cuanto se hizo pública la victoria de Joe Biden el 8 de noviembre, la mayoría de los dirigentes del planeta felicitaron al demócrata, reforzando la idea de que nadie -ni en Estados Unidos, ni en otro lugar- se tomaba verdaderamente en serio las acciones judiciales emprendidas por el equipo de Trump.A falta de pruebas que acrediten su hipótesis de que hubo fraudes electorales masivos, la mayoría de estos recursos han sido rechazados por los tribunales.Los resultados de todos los estados ya fueron anunciados por las grandes cadenas de televisión del país. Biden consiguió 306 votos electorales, contra los 232 del presidente saliente: justo las mismas cifras, pero a la inversa, que en la victoria del magnate republicano -calificada entonces por él como un "maremoto"- frente a Hillary Clinton en 2016.Y varias autoridades electorales locales y nacionales, entre ellas la Agencia de Ciberseguridad y de la Seguridad de las Infraestructuras (CISA), que depende del Ministerio de la Seguridad Interior, han rebatido frontalmente las acusaciones de irregularidades vertidas por el presidente."La elección del 3 de noviembre fue la más segura de la historia de Estados Unidos", afirmaron en un comunicado conjunto. "No existe ninguna prueba de un sistema de voto que se haya borrado, perdido o cambiado papeletas, o que haya sido pirateado de ninguna forma".El exmandatario demócrata Barack Obama dio, por su parte, un paso el frente en los últimos días para denunciar la actitud de su sucesor, de la que no hay precedentes en la historia política moderna de Estados Unidos."Cuando Donald Trump ganó [en 2016], me quedé despierto hasta las 02H30 de la mañana y le llamé para felicitarle", recordó el domingo por la mañana en CBS.Pese a reafirmar que no tiene ninguna duda sobre cuál será la resolución de esta enrarecida transición política en Washington -"Joe Biden será el próximo presidente de Estados Unidos", aseguró-, el expresidente lanzó una advertencia."Esto deja daños", criticó al lamentar el silencio de los legisladores republicanos. "Hay millones de personas que piensan: debe haber trampas porque el presidente lo ha dicho".En contexto: