“Esa vieja me sapeó”, se oía decir a la madre del menor cuando encontró a la Policía de Mocoa en su residencia, rescatando al menor, a quien hallaron llorando.
La pequeña de año y medio, que murió en la avalancha, terminó en un cementerio como NN. Para poder reclamar el cuerpo, padre tuvo que someterse a prueba de ADN.
Decenas de personas permanecieron en vela ante la amenaza de volver a perderlo todo. En los santanderes también hay temor por el aumento de las lluvias.