Una dieta rica en frutas o verduras como espinaca, col rizado, brócoli y tomates es un buen comienzo.
También se aconseja consumir alimentos fuente de vitamina E como aceite de oliva extra virgen prensado frio y frutos secos. Igualmente, aquellos que contienen vitamina A: mango, melón, calabaza, zanahoria y papaya.
Además, se recomienda el consumo de plantas medicinales con propiedades antioxidantes como el té verde.
Por otra parte, hacer ejercicio con frecuencia favorece la oxigenación del cerebro y contribuye a tener una mente sana.
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Otras actividades que sirven para mantener el cerebro activo y conservar la memoria son la lectura y la escritura.
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