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Muchas personas a diario sufren estreñimiento, pero una mujer de 27 años estuvo siete años pensando que esto era lo que padecía cuando en realidad el cáncer estaba creciendo en su cuerpo. El diagnóstico llegó bastante tarde, por lo que ahora vive con un estema y con dolor frecuente.
Beth Stichbury, una mujer del Reino Unido, empezó a tener problemas estomacales desde los 20 años. En ese entonces acudió a su médico de cabecera indicándole que estaba sufriendo de estreñimiento y un sangrado ocasional.
La mujer recuerda que fue con el galeno por lo menos ocho veces a lo largo de seis años por los mismos síntomas, pero siempre recibía la misma respuesta. "No era nada de qué preocuparse", le respondía su médico de cabecera que siempre le dijo que tenía síndrome del intestino irritable y que el estreñimiento y sangrado ocasional eran síntomas de esa condición.
Durante seis años la mujer confió en lo que su médico de cabecera le decía y siguió sus indicaciones para tratar el síndrome del intestino irritable. "Los médicos simplemente me dijeron que bebiera más agua y me centrara en mi dieta", recordó al diario internacional The Sun.
Todo cambió en 2024, cuando la mujer hizo una nueva consulta médica por los mismos síntomas de siempre y, en esta ocasión, el médico le ordenó por primera vez una colonostopia. En el mes de septiembre, mientras conducía su carro, la enfermera dental y exprofesora de ballet recibió la llamada más dolorosa: le informaron que tenía cáncer colorrectal en etapa 4, la más avanzada.
"Me sentí muy frustrada cuando finalmente me enteré, porque yo sabía y todos los que me conocían sabían que tenía problemas desde hacía años", indicó la mujer que inmediatamente inició un fuerte tratamiento para tratar de vencer el cáncer. Aunque los médicos le indicaron que sus probabilidades de morir eran "relativamente altas".
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Beth Stichbury empezó a recibir quimioterapia desde octubre de 2024 y sigue haciéndolo "hasta que deje de funcionar". Pero su situación ha empeorado considerablemente, ya que el cáncer se ha extendido a su hígado y sus pulmones. Ahora la mujer vive con dolor constante y fatiga, por lo que los médicos le colocaron un estoma, una abertura artificial en el abdomen para permitir la evacuación de desechos.
"Estoy increíblemente débil y no puedo hacer lo que una persona normal de 27 años debería poder hacer. He olvidado lo que se siente al ponerse de pie y no sentir dolor", señaló la mujer que además tiene una hija pequeña.
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Actualmente, el plan de Beth es participar en ensayos clínicos en el futuro con la intención de mejorar su calidad de vida, especialmente porque sueña con llevar a su hija Willow a Disneylandia próximamente y también vivir su luna de miel, ya que se casó en agosto.
Se trata de un tipo de cáncer de intestino que comienza en el colón o en el recto como un pólipo, que es un crecimiento anormal de tejido. Si no es tratado a tiempo, el cáncer podría crecer tanto hasta llegar a afectar otros órganos del cuerpo.
Además de llevar a cabo su tratamiento, Beth también utiliza su historia y sus plataformas para hacer un llamado a los médicos a no ignorar síntomas en pacientes jóvenes. "Si me hubieran hecho pruebas habrían sabido mucho antes que padecía esto", señaló la mujer que cree que su médico nunca sospechó que tuviera cáncer por tener 20 años.
Hoy dice con fuerza a médicos y jóvenes que "la edad no significa absolutamente nada cuando se trata de cáncer y deben ser conscientes de que le puede pasar a cualquiera. Es el cuarto cáncer más mortal del mundo actualmente y eso se debe a que mata a personas menores de 40 años que no se someten a pruebas de detección".
MARÍA PAULA GONZÁLEZ
PERIODISTA DIGITAL DE NOTICIAS CARACOL