Las personas que viven cerca de rutas con tráfico intenso corren más riesgo de desarrollar un tipo de demencia senil como el alzhéimer, según el estudio publicado por la revista especializada británica.
El estudio no logró establecer un vínculo entre la exposición al tránsito vehicular intenso y otras dos enfermedades neurológicas, el mal de párkinson y la esclerosis múltiple.
Al estudiar los casos de más de seis millones de adultos residentes en la provincia canadiense de Ontario entre 2001 y 2012, los investigadores estimaron que entre 7 y 11% de los casos de demencia observados en personas residentes a menos de 50 metros de una ruta de tráfico intenso podían ser atribuidos a esa exposición.
El riesgo aumenta en un 7% para las personas que viven a menos de 50 metros, de 4% para los que están a una distancia de entre 50 y 100 metros, de 2% para una distancia de entre 100 y 200 metros.
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Más allá de los 200 metros, el incremento del riesgo se vuelve inexistente, según los investigadores dirigidos por Hong Chen, de la agencia de salud pública de Ontario.
También descubrieron que los dos contaminantes más involucrados en la demencia son el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas finas emitidas por los vehículos a motor, aunque otros factores como el ruido también pueden desempeñar un papel.
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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay unos 47,5 millones de personas con demencias en el mundo, de los cuales entre 60 y 70% padecen el mal de alzhéimer, enfermedad neurodegenerativa que conduce a un deterioro de la capacidad cognitiva y a una pérdida progresiva de la autonomía.
La contaminación atmosférica es sospechada por algunos especialistas de desempeñar un papel en el desarrollo de la enfermedad de alzhéimer, sin que hasta la fecha se haya logrado establecer un vínculo de causa a efecto.