Aseguró que por sí solo no puede frenar la pandemia del COVID-19 y que “se debe dar prioridad a trabajadores sanitarios que están en la línea de frente”.
Asimismo, la OMS señaló que el uso generalizado de tapabocas entre la población solo se justifica cuando el acceso al agua para lavarse las manos sea limitado o resulte difícil mantener la distancia física.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, subrayó que hay escasez global de mascarillas y que "podría empeorar para la gente que más las necesita por su uso masivo por parte de la población general", por lo que en algunos países "los trabajadores sanitarios están corriendo peligro real".
El debate en torno a las mascarillas se ha reavivado por el hecho de que en países donde este artículo era ampliamente utilizado incluso antes de la actual pandemia, como China, Japón o Corea del Sur, el número de contagios relativos ha sido menor que en regiones posteriormente afectadas por la COVID-19, como Europa o Estados Unidos.
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El director general de la OMS insistió en que el organismo sigue recomendando el uso de estas mascarillas solo en personal sanitario, junto a otro equipamiento de protección, mientras que en la comunidad general únicamente es aconsejable en personas enfermas y aquellas que cuiden a enfermos en su domicilio.
Tedros admitió, sin embargo, que "no hay respuestas definitivas", por lo que la OMS continúa evaluando un uso más amplio de tapabocas, especialmente en países donde otras medidas de prevención son menos accesibles, como lugares donde el suministro de agua es escaso y ello impide el frecuente lavado de manos.
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"Animamos a los países que consideren el uso de las mascarillas para toda la población que estudien la eficacia de la medida, para que todos podamos aprender", indicó el médico etíope.
"Con máscara o sin ella, hay otras cosas que han demostrado que nos pueden proteger: mantener distancia con otros, lavarse las manos, toser o estornudar en el hueco del codo y evitar tocarse la cara", concluyó.