Cuando vemos páginas como el famoso mapa de John Hopkins que desde el comienzo de esta pandemia nos ha mostrado el conteo absoluto de casos, de muertes y de recuperados, pues vemos que las cifras de COVID-19 en Colombia han ido ascendiendo: el país hoy se encuentra en el noveno lugar en el número de casos en el mundo, quinto en la región superado por Chile, Perú, México y por supuesto Brasil.
Sin embargo, hay que ser muy cuidadosos al hacer comparaciones o decir que vamos o mejor o peor que otros países, comenzando porque el tamaño de poblaciones es diferente.
Además, el conteo, registro y la definición de los casos en cada lugar puede ser distinto. También las medidas implementadas, los recursos y el uso de los mismos, por ejemplo en cuanto a pruebas y ventiladores, es diferente y ni qué decir de los sistemas de salud.
El esfuerzo de Colombia frente a la pandemiafue reconocido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
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“Felicitamos a todo el país por el gran esfuerzo que se viene realizando en la respuesta a la pandemia del COVID-19”, dijo recientemente Carissa Etienne, la directora de ese organismo.
Esto puede parecer contradictorio para quienes miran las cifras y ven cómo aumentan los casos comparados con otros países. Frente a estas comparaciones y conclusiones los expertos piden cautela.
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“Es importante que estos rankings y comparaciones se consideren en su contexto, no es tan simple decir este número es dos veces al de otro país, hay muchos otros factores a tenerse en cuenta, uno muy importante es el momento en que se encuentran los países”, explicó Javier Narváez, médico salubrista, epidemiólogo.
Y en el impacto y respuesta a la pandemia no solo influye el momento que cada región viva sino muchos otros factores.
“En parte, depende simplemente del tamaño cada país, conteo afectado por factores demográficos, socioeconómicos y del sistema de salud propios cada país. En comparación con países europeos, Latinoamérica tiene la mayor proporción de sus poblaciones concentrada en ciudades, también mayor densidad de población en las ciudades principales, también hay diferencia de patrones de migración, movilidad entre municipios y movilidad urbana, en general, los países de Latinoamérica, entre ellos Colombia, tienen economías más precarias”, describió el experto.
Esas diferencias hacen que el comportamiento de la epidemia y las soluciones también sean diferentes y en este momento, todos los países han tenido aciertos y desaciertos.
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“Por ejemplo, Colombia ha logrado recudir la tasa de efectividad y reproducción, prepararse para responder a la pandemia, hemos aumentado la capacidad de diagnóstico, sin embargo, hay otras cosas que tenemos que mejorar, no ternemos capacidad instalada para los casos más severos, tenemos retrasos sustanciales para la entrega de resultados de las pruebas, entre otros aciertos y desaciertos”, añadió Narváez.
Para poder comparar, es necesario que los datos tanto de un lugar como de otro signifiquen lo mismo, de ahí lo complejo y difícil del tema.
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Por ahora se sabe, por ejemplo, que países que han realizado pruebas masivas desde el inicio han podido cercar la propagación del virus o que los países con mayores desigualdades enfrentan mayores retos.
“Una de las variables más importantes para evaluar el éxito es el número de personas fallecidas por millón de habitantes, que en realidad nos está mostrando qué tanto la estrategia ha servido para disminuir el número de personas que fallecen. En ese escenario, si Colombia se compara con países similares, como México, Brasil, Perú, Ecuador, Panamá y el mismo Chile, tiene hasta este momento unos mejores resultados que estos países. No se trata de comparar quién lo ha hecho bien y quién mal”, opinó el infectólogo Carlos Álvarez.
Así que los expertos piden cuidado a la hora de hacer comparaciones. Solo el tiempo nos dirá que tan bien lo hicimos frente a otros.