Investigadores de Oxford inocularon seis macacos Rhesus con la sustancia y luego los expusieron a una alta concentración de COVID-19.
Después de 28 días, los seis animales permanecen sanos.
A finales de mayo, la vacuna se someterá a pruebas en unas 6,000 personas. Si resulta segura y efectiva, los científicos aspiran a que pueda estar lista para septiembre. Un plazo que, sin embargo, es demasiado incierto.
China también logró el mismo prometedor avance en esta misma especie de monos, muy parecidos a los humanos, con la vacuna desarrollada por el gigante farmacéutico Sinovac Biotech, que recientemente empezó ensayos clínicos en 144 pacientes.
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