
Una jornada de pesca que parecía tranquila terminó en tragedia en la vereda El Bambú, zona rural de Rionegro, Santander, el pasado sábado 9 de agosto. Una niña de 12 años, de nacionalidad extranjera, perdió la vida tras recibir un disparo mientras regresaba a casa junto a su padre y un amigo de la familia. El caso ha conmocionado a la comunidad y ha generado un fuerte rechazo por parte de las autoridades.
El teniente coronel Luis Aurelio Fonseca Tuta, comandante de Operativo de Seguridad Ciudadana de Santander (E), confirmó a Noticias Caracol sobre el hecho. Del caso, indicó: “La Policía Nacional informa a la opinión pública sobre un lamentable hecho ocurrido en zona rural del municipio de Rionegro, Santander, en el que una menor de 12 años, de nacionalidad extranjera perdió la vida tras ser víctima de una agresión con arma de fuego”.
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Según el oficial, la primera alerta llegó a través de una llamada de la ciudadanía, que reportó que en la vereda El Bambú, “una menor que se encontraba presuntamente con su padre en actividades de pesca fue herida por arma de fuego”. De inmediato, la menor fue auxiliada y trasladada al hospital del municipio, pero, “pese a los esfuerzos del personal médico, falleció”.
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La Policía desplegó un operativo con unidades del Modelo Nacional de Servicio de Policía, investigación criminal e inteligencia para dar con el responsable. “Gracias a la acción oportuna de nuestras unidades y a la valiosa colaboración de la comunidad, se logró individualizar y capturar al presunto responsable”, dijo Fonseca. El detenido fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación.
El medio local Vanguardia detalló que al hombre le fueron imputados los delitos de homicidio agravado en concurso con porte ilegal de armas y que, por lo pronto, un juez de control de garantías le dictó medida de aseguramiento en centro carcelario.
El relato del padre de la menor: "Me volví loco"
Mientras avanzan las diligencias judiciales, el padre de la víctima, Carlos Alberto Gómez, contó en Caracol Radio lo que ocurrió esa noche. Recordó con dolor las últimas palabras de su hija, pronunciadas en medio del río, antes de desplomarse.
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“Fuimos en horas de la tarde al río mi amigo, mi hija y yo e íbamos río arriba pescando, pero ya era hora de salir. La niña me dijo que sentía frío e íbamos saliendo por una parte que llaman la ‘arenera’”, narró. Como conocían a uno de los arrendatarios del terreno por donde pensaban salir, decidieron tomar ese camino. “Como no estábamos haciendo nada malo, no pensábamos que fuera a suceder eso”, expresó.
Cuando llegaron cerca a la casa, en inmediaciones del río, apareció un hombre identificado como Nelson Rodríguez Anaya, quien les cerró el paso. “Nosotros apagamos la linterna y le dijimos lo que estoy diciendo, que nosotros conocíamos al señor, y él me dijo: ‘se me van de aquí, apagan la linterna y se me van por el río, que tengo la propiedad privada’. Eran como las 7:30 – 8 PM. Nosotros le dijimos que conocíamos al dueño de ahí pero dijo que le valía nada, con la grosería”.
Carlos relató que prefirieron no responder y continuar su camino en silencio. Sin embargo, mientras cruzaban el primer paso del río, se escuchó un disparo: “Nosotros no sentíamos miedo de él porque no estábamos haciendo nada malo y no pensamos que nos fuera a tirar. Pasamos el río y la niña está en el medio, yo estoy al lado cuando suena otro tiro y la niña cae al piso, ahí en el agua”.
En ese instante, escuchó a su hija decirle: “papi, no puedo respirar”. Carlos recuerda que la menor tenía “un hueco en la garganta”. Preso del pánico, intentó sacarla rápidamente hasta la orilla. “Ahí me volví loco. No supe qué hacer, traté de sacarla a la orilla y hasta un restaurante”.
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Al llegar a la calle, pidió ayuda desesperadamente. “Unos señores me ayudaron y pedí auxilio por todos lados. Un muchacho de ahí que tiene una tienda me ayudó y la llevó al hospital. Pero a la mitad del camino la niña murió, se desangró totalmente. Llegamos nosotros bañados de sangre en el hospital”.
La familia, migrante venezolana, había llegado a la zona hacía un año y medio. Carlos asegura que siempre fue muy cuidadoso con su hija. “Era mi niña, la cuidaba todo el tiempo”, dijo y añadió que, por lo pronto, espera los trámites de Medicina Legal para poder recibir el cuerpo y despedirla. El dolor se extendió a toda la comunidad de El Bambú. La noche del lunes 11 de agosto, vecinos y amigos organizaron una velatón en memoria de la menor. Entre velas encendidas y lágrimas, exigieron justicia y un alto a la violencia contra menores de edad. El domingo 10 de agosto se reportó que la comunidad también realizó un plantón frente al sector de la "arenera" donde la menor habría recibido el disparo.
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El teniente coronel Fonseca reiteró que “la Policía Nacional rechaza categóricamente este acto de violencia y reitera su compromiso con la protección de la vida, la integridad y los derechos de la niñez en todo el territorio nacional”.
Las imágenes captadas por residentes muestran a decenas de personas reunidas en silencio, con velas blancas en las manos, rodeando una pequeña mesa cubierta con flores. El presunto agresor, según las autoridades, fue detenido poco después del crimen y se encuentra bajo custodia de la Fiscalía General de la Nación. Un juez de control de garantías será el encargado de definir su situación jurídica.
LAURA NATHALIA QUINTERO.
NOTICIAS CARACOL DIGITAL.