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Noticias Caracol SÉPTIMO DÍA Niña de 3 años que presenció asesinato de su madre contó la verdad en dibujos: "Papá es un monstruo"

Niña de 3 años que presenció asesinato de su madre contó la verdad en dibujos: "Papá es un monstruo"

El feminicidio de Sonia Díaz en Yopal, frente a su hija de 3 años, desató una investigación compleja. Engaños, confesiones y los impactantes relatos de la menor llevaron al responsable.

Feminicidio en Yopal
Sonia Rocío Díaz Barrera, una joven comerciante de 30 años, fue asesinada en su propia vivienda mientras su hija de apenas 3 años presenciaba la escena.
Séptimo Día

El asesinato de Sonia Rocío Díaz Barrera, una joven comerciante de 30 años, causó conmoción entre sus seres queridos y los habitantes de Yopal, Casanare. La mujer fue brutalmente atacada en su propia vivienda mientras su hija de apenas 3 años presenciaba la escena. El crimen ocurrió el 2 de septiembre de 2021 y, desde ese momento, las autoridades enfrentaron un enorme desafío: esclarecer quién estaba detrás de este atroz hecho, pues las pistas encontradas en el lugar eran escasas y confusas.

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La mañana de aquel 2 de septiembre se convirtió en una pesadilla para la familia Díaz Barrera. Luzmila, madre de Sonia, fue la primera en presentir que algo no estaba bien cuando notó que su hija no había llegado a abrir el local de artesanías que atendía en la terminal de transporte de Yopal.

Al llegar a la vivienda y abrir el portón, se encontró con una escena desgarradora: el cuerpo de Sonia yacía sin vida en la habitación. “Todo estaba lleno de sangre... Eso parecía una casa del terror. Yo hubiera dado mi vida por ella, eso es muy duro”, recordó entre lágrimas Luzmila en entrevista con Séptimo Día.

Menor de edad presenció el crimen

Según las autoridades, el cuerpo presentaba múltiples heridas provocadas con un arma cortopunzante y, además, mostraba señales de que la víctima intentó defenderse. En la vivienda también se encontraba su hija Lucía, de apenas 3 años, quien presenció el crimen.

“Se observaba bastantes heridas sobre su cuerpo. Tenía aproximadamente entre 15 y 20 heridas en diferentes partes de del cuerpo... No se pudo hallar el elemento con el que le causaron las heridas”, explicó el perito Edwin Fernando Suárez.

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Según sus familiares, Sonia no tenía enemigos. Por el contrario, era recordada como una mujer alegre, cariñosa, trabajadora y llena de sueños. Su mayor anhelo era ver crecer a su hija y cumplirle el deseo de celebrar sus 15 años, un proyecto de vida que quedó truncado tras ese trágico crimen.

Huella de zapato: ¿de quién era?

En la escena, los investigadores hallaron un rastro peculiar: una huella de zapato marcada en sangre. Sin embargo, las pruebas eran escasas y la tarea se complicaba aún más porque la zona no contaba con cámaras de seguridad que permitieran identificar quién había ingresado a la vivienda.

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La hipótesis de un robo fue descartada rápidamente. Las pertenencias de la víctima permanecían intactas, salvo por un detalle inquietante que su teléfono celular había desaparecido. Para los investigadores, ese indicio revelaba que el crimen tenía un trasfondo distinto a un simple hurto.

La familia de Sonia señaló como principal sospechoso a Diego Andrés Suárez, su expareja, con quien había sostenido fuertes discusiones meses atrás, luego de dar por terminada la relación. Sonia y Diego fueron novios durante cinco años, tiempo en el que nació su hija Lucía. Sin embargo, la convivencia comenzó a deteriorarse hasta volverse insostenible.

De acuerdo con los familiares, la separación se dio en muy malos términos. Incluso aseguraron que fue necesario recurrir a acuerdos legales para que Diego dejara de molestarla. Sin embargo, la tensión no cesó. Días antes del crimen, Sonia recibió de parte de Diego Andrés varios mensajes ofensivos y amenazantes, lo que para sus allegados fue una clara señal de que la situación podía escalar a un desenlace fatal.

El mismo día del crimen, Diego Andrés Suárez acudió a las autoridades. Su vivienda fue allanada y su dispositivo móvil analizado. Según los registros, Diego no se encontraba en Yopal la noche del asesinato, sino en Tauramena, un municipio cercano donde llevaba varios meses residiendo.

Nuevos testigos y pistas del crimen

Mientras tanto, otro hombre entró en el radar de la investigación: Pablo Abella, un conductor que había estado en contacto con Sonia poco antes de los hechos. Según algunos testigos, fue la última persona con la que se le vio con vida. Al parecer, intentaba entablar algún tipo de relación con ella. Sin embargo, tras avanzar la investigación, los peritos descartaron que estuviera vinculado al crimen.

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El caso dio un giro inesperado cuando apareció un nuevo nombre. Se trataba de Miguel Ángel, un joven de 19 años que vivía en el mismo barrio que Sonia. Según la investigación, trabajaba como ayudante de construcción y cerrajero, y había tenido contacto previo con Diego. Además, el sujeto portaba el celular de Sonia, que estaba extraviado en la escena del crimen.

Además, la familia de Sonia recibió un testimonio clave de un allegado, quien aseguró haber visto y saludado a Diego la noche anterior al crimen, mientras se dirigía en motocicleta hacia Yopal. Esta versión no coincidía con la declaración de Diego ante las autoridades, quien afirmaba haber permanecido toda la noche en Tauramena.

Feminicidio en Yopal
Diego Andrés Suárez implicado en el feminicidio de su expareja Sonia Díaz Barrera
Séptimo Día

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Una confesión lo cambio todo

Miguel Ángel confesó ante las autoridades que había conocido a Diego apenas 15 días antes del asesinato. Según su relato, Diego lo contactó para abrir la chapa e ingresar a una vivienda, asegurándole que necesitaba recuperar un objeto que le habían robado.

Lo que Miguel no sabía era que se trataba de la casa de Sonia. Durante la madrugada del crimen, Miguel abrió la puerta y Diego ingresó. Tras aproximadamente 15 minutos, salió con un teléfono celular en la mano y le ordenó a Miguel que se deshiciera del dispositivo, a cambio de un pago de $500 mil.

“A los minutos de que entró escuché un grito que decía: ‘Ayuda, un ladrón’. Después, silencio. Pasados unos minutos escuché otra vez: ‘Ayúdame’... En ese momento tuve miedo. Si yo hubiera sabido que eso iba a pasar, no hubiera ido. A mí él me llevó con mentiras, yo solo iba a ir a abrir una puerta”, relató Miguel Ángel en Séptimo Día.

Un dibujo alertó a las autoridades

En medio de la investigación, Lucía, hija de Sonia y Diego, se convirtió en una pieza clave. Los psicólogos que trabajaron con la menor revelaron que ella realizó varios dibujos sobre lo que ocurrió el día del crimen.

Según su relato, la niña manifestó que “el papá es un monstruo” y describió que ese día había mucha sangre. Aunque todavía es muy pequeña, Lucía reconoce claramente a sus padres y sus dibujos fueron considerados un indicio importante para la investigación.

Captura del señalado

Gracias a los testimonios y a las pruebas recolectadas, la Fiscalía señaló a Diego Andrés Suárez como el autor material del feminicidio de Sonia Díaz Barrera. Diego fue capturado el 19 de marzo de 2024 en Chía, Cundinamarca, y trasladado a Yopal para enfrentar el proceso judicial.

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El acusado nunca aceptó los cargos y aseguró ser inocente. En entrevista con Séptimo Día, afirmó: “La verdad, de pronto sí fui tóxico, pero yo no soy un asesino”.

Diego fue condenado a 45 años y 8 meses de prisión, que cumple en la cárcel La Guafilla, mientras que Miguel Ángel continúa enfrentando un proceso judicial, y pidió perdón por lo ocurrido.

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Para la familia de la víctima, la herida sigue abierta. “La verdad que se arrepienta, que le pida perdón a su hija porque le quitó su madre. Lo más importante de uno como hijo es la mamá. Que le pida perdón a ella”, dijo una de las hermanas de Sonia.

Lucía, la hija de Sonia, hoy tiene 7 años. Cada semana visita la tumba de su madre. Allí le habla, le escribe mensajes y le dice: “Te quiero mucho, mamá. Te amo y nunca te olvidaré”.