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Los videojuegos forman parte del día a día de millones de jóvenes en todo el mundo, pero el entretenimiento digital trae consigo un riesgo silencioso que suele pasar desapercibido: la exposición prolongada a sonidos fuertes. Aunque para muchos jugadores los audífonos son una herramienta indispensable —ya sea para comunicarse en línea, escuchar música mientras juegan o sumergirse en la narrativa— su uso inadecuado puede afectar la salud auditiva a largo plazo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que más de 1.100 millones de jóvenes están en riesgo de sufrir daños auditivos permanentes derivados de prácticas de escucha poco saludables. Dentro de ese grupo, se calcula que hasta un 30% podría desarrollar trastornos auditivos en la adultez debido a una exposición insegura a ruidos no profesionales.
En el caso de los videojuegos, este peligro se intensifica por la cantidad de horas que los adolescentes suelen dedicar a jugar con audífonos puestos y a volúmenes elevados. Juegos competitivos como shooters, battle royale o títulos de mundo abierto tienden a utilizar paisajes sonoros ricos y efectos explosivos que, sin una regulación adecuada, pueden llevar al usuario a niveles de volumen riesgosos. La combinación de largas sesiones, ruido ambiental externo y la búsqueda de inmersión total hace que muchos jugadores suban el volumen sin darse cuenta del impacto acumulativo en sus oídos.
Este tipo de exposición tiene consecuencias que van más allá de la pérdida auditiva parcial o total. La salud mental, la concentración y hasta el rendimiento escolar o laboral pueden verse comprometidos cuando aparecen zumbidos constantes, hipersensibilidad al sonido o dificultades para escuchar conversaciones. Además, una vez que el daño auditivo se vuelve permanente, no existe una cura definitiva: solo se puede trabajar en mitigarlo. Por eso, las prácticas preventivas son fundamentales.
En este contexto, GAES, una marca de Amplifon y referente mundial en salud auditiva, enfatiza la importancia de educar a los jóvenes jugadores sobre hábitos seguros. Sus recomendaciones aplican especialmente para quienes pasan gran parte de su tiempo libre conectados a consolas, computadores o dispositivos móviles.
La primera medida es establecer límites claros de volumen y de duración. Se recomienda no superar el 60% del volumen máximo del dispositivo y aplicar la regla 60/60: escuchar o jugar durante 60 minutos seguidos como máximo y luego hacer una pausa de al menos unos minutos. Aunque parece simple, este hábito permite que el oído descanse y que se reduzca el riesgo de sobreexposición. En videojuegos, una buena práctica es aprovechar los tiempos de carga, cambios de partidas o descansos naturales para retirar los audífonos.
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Otra herramienta útil es el uso de audífonos con cancelación de ruido. Estos modelos reducen el ruido ambiental, permitiendo escuchar con claridad sin necesidad de subir el volumen. Para jugadores que participan en entornos ruidosos, como hogares con mucho movimiento o espacios compartidos, esta tecnología puede marcar una diferencia significativa. Además, muchos equipos actuales permiten configurar límites de volumen desde la consola o el celular, una función que puede activarse para mantener un control constante.
Las pausas regulares también ayudan a que los oídos se recuperen del impacto sonoro. En el mundo gamer, donde las sesiones pueden extenderse durante horas, es recomendable programar descansos conscientes y no solo depender del ritmo del juego. Incluso torneos amateur o sesiones de entrenamiento pueden adaptarse para incluir estos espacios de recuperación.
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Por último, los exámenes auditivos periódicos son una herramienta esencial para detectar cualquier señal de alarma a tiempo. GAES recomienda que los jóvenes gamers consideren realizar pruebas de audición de manera preventiva, incluso si no sienten molestias evidentes. La detección temprana facilita intervenciones más efectivas y evita que problemas menores evolucionen hacia daños irreversibles.
Los videojuegos seguirán siendo una piedra angular del entretenimiento juvenil, y los audífonos continuarán siendo parte esencial de la experiencia. Sin embargo, la protección auditiva debe convertirse en un hábito tan natural como ajustar los gráficos o configurar los controles. Con medidas simples, los jugadores pueden disfrutar de su pasión sin poner en riesgo su audición, garantizando que la inmersión digital no tenga un costo permanente en su salud.