Jorge Iván Ospina, Lauro Nel Arturo Guerrero, Óscar Andrés Pérez y Vicente Blel Scaff son solo algunos de los que fueron elegidos aun teniendo líos judiciales.
Uno de los cuestionados es Jorge Iván Ospina, acusado por la Fiscalía de irregularidades en un contrato de publicidad cuando fue alcalde de Cali en el 2008. En estos comicios fue electo nuevamente.
En El Rosario, Nariño, el conservador Lauro Nel Arturo Guerrero ganó la alcaldía, aun cuando fue detenido el pasado jueves por fraude en la inscripción de cédulas y corrupción al sufragante.
“Se encuentra actualmente con medida aseguramiento en establecimiento penitenciario. Se debe evaluar a efecto de la posesión y las consecuencias que ello podría generar para efecto de una elección atípica”, explicó Frey Alejandro Muñoz, asesor del fiscal general.
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Un caso similar se registró en Bello, Antioquia, donde el investigado Óscar Andrés Pérez Muñoz, quien actualmente tiene brazalete de vigilancia electrónica del Inpec, fue elegido como alcalde.
Otro aspirante que triunfó, pese a las sombras que lo cobijan, es el nuevo gobernador de Bolívar, Vicente Blel Scaff, heredero de su padre Vicente Blel, condenado por parapolítica y a quien le revelaron grabaciones en las que habla de repartir contratos.
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También ocurrió con Mauricio Aguilar, nuevo gobernador de Santander, hijo del parapolítico Hugo Aguilar.
En estas elecciones, el delito más recurrente fue corrupción al sufragante, principalmente en Antioquia y Santander.
En Arauca se impuso José Facundo Castillo como gobernador, sobre quién recae un pliego de cargos por presuntas irregularidades en un convenio por 420 millones de pesos en ese departamento.
Y asimismo Manuel Cadrazco fue electo en San Benito Abad de Sucre, quien está preso por lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
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