Las guerrillas, su ubicación fronteriza con Venezuela y un suelo con explotación minera son los detonantes que tienen al municipio araucano en vilo.
José Murillo, vocero del Movimiento Político de Masas del Centro Oriente, que agrupa a más de 600 organizaciones, reconoce que existe presencia y control del Ejército de Liberación Nacional aumentando la zozobra.
"Cuando hay una acción del ELN que afecte las comunidades en el conflicto armado nosotros somos los primeros que denunciamos y exigimos que se respete el Derecho Internacional Humanitario", afirma.
Considera que se está viviendo una situación de zozobra y riesgo “porque van a seguir subastando nuestros territorios al capital trasnacional. Segundo, porque necesitan una Arauca libre y sin resistencia del movimiento social para poder hacer y deshacer y que les quede más fácil la invasión hacia Venezuela".
Por otro lado, en la Arauca rural, la realidad tiene diversas interpretaciones. El presidente de la Federación de Juntas de Acción Comunal, Wilmar Cetina, representa a 630 de ellas y considera que tienen la tarea de resistir al conflicto.
"Para nadie es un secreto que antes los grupos insurgentes o rebeldes solucionaban los conflictos a través de la experiencia que ha tenido en la construcción del tejido social. Hemos aprendido a resolver conflictos y en ese sentido hemos sacado un Manual de Convivencia", revela Cetina.
Normas de convivencia fruto de una construcción de paz que los enamoró pero que duró poco. En la actualidad han perdido tres de sus líderes, y siete están amenazados. En ese contexto el líder Cetina pide que se dé un paso adelante para reanudar la mesa de diálogo con el Ejército de Liberación Nacional.
"Si Arauca es un territorio de confrontación, de conflicto, y se diera una mesa de diálogo, en Arauca sería algo muy importante", agrega el líder.
Al final del cubrimiento por el ‘triángulo rojo de la guerra’ de los pueblos araucanos, el equipo periodístico de Noticias Caracol recogía imágenes sobre el puente antes de entrar a Fortul. De repente fueron sorprendidos por un grupo guerrillero en plena vía, el cual los obligó a bajar del vehículo y los retuvo por 20 minutos, tiempo en el que no se vio presencia de la Fuerza Pública.
Los subversivos fueron obligados a borrar el material donde se había grabado el momento de la detención. La molestia por las tomas generó en los guerrilleros amenazas de secuestro contra el equipo.
Marcela Pulido, del equipo investigativo de noticias, fue puesta en comunicación con el comandante ‘Arley González’, quien se identificó como comandante del frente décimo de "la nueva FARC-EP".
El diálogo fue breve. Dio la orden de liberarlos e hizo claridad que ellos no eran disidencia, sino “la nueva FARC-EP”. Habló de un rearme de la guerrilla que marcaría el retorno al punto cero del conflicto armado en Colombia.
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Updated: febrero 20, 2019 05:00 a. m.