Manuel Ranoque salió huyendo del Araracuara, Caquetá, por amenazas de las disidencias de las FARC. Un mes después envió dinero para sacar a su esposa y a sus cuatro hijos y buscar un mejor futuro en Bogotá, pero el anhelado reencuentro no se pudo llevar a cabo, pues no hay noticias de ellos desde el primero de mayo: iban en la avioneta desaparecida en el Guaviare
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Estas personas son Magdalena Mucutui Valencia, la pareja de Manuel, y los niños: Leslie Bombai Mucutui (13 años); Solemni Ranoque Mucutui (9 años); Ariel Ranoque (4 años) y una bebé de 11 meses.
Manuel conoce la selva, no solo nació y se crio en ella, también buscó a una hermana que se perdió durante un mes en el Amazonas, por eso se ofrece a ir a buscar la avioneta desaparecida en la que viajaba su familia.
“Yo ya he enfrentado muchas veces esto. Tuve una hermana perdida casi un mes y luché hasta encontrarla, porque es una hermana muda, especial, y de igual manera ella retornó. Entonces yo pienso que en estos momentos el esfuerzo no se va a perder”, dice este hombre.
El caso de la avioneta desaparecida también es dramático para Diana Mendoza, hermana de otro de los pasajeros que viajaba en la aeronave: “Yo soy auxiliar de enfermería, estoy terminando mi carrera profesional, me falta un año. Me estoy ofreciendo para la búsqueda de mi hermano, estoy preocupada porque están pasando las horas y no sabemos cómo es la condición, si están vivos”.
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Las autoridades informaron que un equipo de rescate llegaría hasta la comunidad indígena de Cachiporro, en una avión de la misma aerolínea de la nave perdida para apoyar la búsqueda.
“Nos desplazaríamos desde Villavicencio a San José del Guaviare, luego con un aeronave llegamos a Cachiporro, a la comunidad indígena del Venado, donde con un líder que conoce el territorio de esa comunidad indígena vamos a iniciar una operación de apoyo y de búsqueda de cinco días consecutivos”, indicó el coronel Jorge Díaz Martínez, director de la Defensa Civil, seccional llanos.
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Por ahora, desde el aire no ha sido posible divisar en tierra la avioneta desaparecida, pues en la zona los árboles son de gran tamaño. Tampoco hay rastro de los siete ocupantes en la cuenca del río Apaporis y las labores tendrán que hacerse en tierra.