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Asha es una llama que fue rescatada, en cooperación entre el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá (IDPYBA) y la Policía Metropolitana de Bogotá, de las manos de sus antiguos tenedores por la grave condición de salud que tenía. Llegó a las instalaciones de la entidad distrital en muy grave estado: contaba con diagnóstico de desnutrición, problemas en la piel, parásitos y anemia, condiciones que comprometían su calidad de vida y obligaron a las autoridades a actuar inmediatamente.
"Asha fue evaluada por nuestros veterinarios con el diagnóstico de desnutrición, problemas dermatológicos, anemia y parásitos que comprometían seriamente su salud, generando un concepto desfavorable que llevó a la Policía a aprehenderla dejándola en custodia del Instituto. De inmediato fue trasladada a la clínica de medicina en la localidad de Usme, donde recibió cuidados veterinarios especializados", dio a conocer el IDPYBA.
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Aunque inicialmente las autoridades llevaron a cabo los procedimientos para mejorar la condición de salud de Asha, al poco tiempo descubrieron lo inesperado: esta llama se encontraba en proceso de gestación. Desde entonces, fueron varios meses en los que este animal recibió todo tipo de atención: a Asha le suministraron rigurosos cuidados, le dieron líquidos y le recetaron antibióticos para que la cría que crecía en el interior de su cuerpo se desarrollara normalmente.
En una labor titánica y unos resultados milagrosos, la llama Asha dio luz a su cría, la cual fue llamada Aarón. Lastimosamente, por la situación de salud en la que estaba y al ser su primer parto, Asha rechazó a su pequeño hijo, lo que condujo a que veterinarios del IDPYBA y de la Universidad Antonio Nariño iniciaran otro procedimiento para garantizar que el pequeño animal creciera con todo lo que necesitara, ante la ausencia de su madre. Aarón fue sometido a un procedimiento de crianza artificial con leche suplementada, acompañamiento y hasta un calostro bovino, con el que logró crecer saludable.
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No obstante, a Aarón nunca se le separó de su madre, y se ha trabajado para conservar el vínculo natural entre ambos, evitando así dependencias al ser humano o cambios en su comportamiento instintivo a futuro. Actualmente, la pequeña llama se alimenta con biberón bajo la mirada de voluntarios y profesionales. "La historia de Asha y Aarón es un testimonio de resiliencia y cuidado, un recordatorio de que los animales también merecen segundas oportunidades. Gracias a la unión entre el IDPYBA, la academia y la ciudadanía, hoy Aarón representa una nueva vida, mientras Asha continúa en recuperación con la esperanza de que algún día pueda convertirse plenamente en la madre que su pequeño necesita", agregó el IDPYBA en su comunicado.
Actualmente, el IDPYBA (Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal) cuenta con un especial convenio con la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Antonio Nariño a través del cual se opera la clínica veterinaria de Usme, también en coordinación con la Policía Nacional y los hogares de paso aliados en Bogotá. El IDPYBA ha dejado claro, por ahora, que la actividad turística con llamas sigue siendo legal en Bogotá, pero que gracias a la expedición de un decreto distrital se espera que la práctica de explotación animal con fines económicas pueda acabarse hasta, a más tardar, el año 2026.
Todo esto ocurre tiempo después del lamentable caso de Luna, la llama que fue rescatada también en el centro de la ciudad luego de que esta fuera hallada en el suelo en pleno centro de Bogotá. Al parecer, este animal era usado para atraer a turistas nacionales y extranjeros. "En operativo interinstitucional estamos en valoración integral de Luna, la llama que se encontraba en el suelo en inmediaciones de la biblioteca Luis Ángel Arango, y cuyo video e imágenes fueron compartidas en diferentes medios", indicó el IPYBA.
JULIÁN CAMILO SANDOVAL
NOTICIAS CARACOL
JSANDOVAL@CARACOLTV.COM.CO