La oferta era demasiado atractiva. En su casa, sin ponerse en riesgo del coronavirus, buenos descuentos y una tarjeta de crédito nueva. De eso bueno no dan tanto: todo resultó ser un engaño.
Con esa modalidad fue víctima de un cambiazo de su tarjeta de crédito una mujer en el barrio Ciudad Salitre, de la localidad de Fontibón, en el occidente de Bogotá.
Una mujer la contactó, llegó a su casa, le mostró documentos donde aparecían todos sus datos, le entregó una tarjeta nuevecita y en su cara simuló destruir el plástico viejo, pero no lo hizo.
Le retiró el chip y llamó a un supuesto funcionario bancario para reportar el cambio de producto.
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Luego, se fue de correría por varios establecimientos haciendo compras a nombre de su víctima y hasta comió en un asadero, de cuenta de esta.
“Se fueron a comer pollo, una compra por 15 mil pesos”, dijo con sorpresa el hijo de la víctima.
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El engaño suma unos 10 millones de pesos, algo que preocupa a la familia de la mujer.
“Si tiene la maestría para poner esas tarjetas así tan detalladas, me imagino que tienen cómo falsificar las cédulas, muestran el nombre (donde vaya a hacer las compras) y ya”, aceptó con resignación sobre la facilidad que tienen los delincuentes para engañar a sus víctimas.
Ahora, la mujer empezará una lucha para evitar pagar el monto robado con el cambiazo de la tarjeta de crédito, sin embargo, no entiende cómo los bandidos tenían información tan detallada de sus datos personales y bancarios.