Una amarga Navidad viven en los centros comerciales, no solo por la situación que ya atravesaban debido a la pandemia, sino por el pico y cédula .
Un 23 de diciembre era normal ver gente haciendo compras de última hora, pero este miércoles los clientes se redujeron drásticamente.
Gerentes de tienda consultados por Noticias Caracol reconocen que este año, por ejemplo, no pudieron contratar los ya tradicionales ayudantes de temporada: “tuvimos que liquidarlos”.
En contraste, las calles de comercio informal se han visto atiborradas de compradores, con aglomeraciones a pesar de las recomendaciones por el coronavirus.
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Allí muy pocos vendedores informales exigen la cédula a los clientes y estos no tienen que preocuparse por el pago de empleados, de arriendos, administración o servicios públicos.
A pesar de todo aseguran que las ventas no son las mismas y que los compradores son más escasos en esta atípica Navidad.
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