
Un grave caso de intolerancia se presentó en el barrio El Poa, de Suba, luego de que una mujer hiciera una simple solicitud a sus vecinos. La denunciante, de nombre Mariana Pérez, asegura que sufrió graves heridas en su rostro tras ser víctima de hostigamientos que ocurrieron luego de que su madre le solicitara a un grupo de personas que departían en la tienda del frente de su casa que le bajaran el volumen a su equipo musical.
En diálogo con el medio QHubo, la joven dijo que desde el momento en que su madre hizo tal solicitud, estas personas, quienes serían allegadas a los tenderos de la tienda, iniciaron toda una serie de ataques verbales y acoso contra ellas, durante varios meses. "Nos gritaban por la ventana, decían que se iban a vengar, que nos tenían envidia y que, si nos encontraban en la calle, debíamos aguantarnos lo que ellos hicieran", explicó la entrevistada por el medio citado.
A partir de aquella noche, la mujer dijo que las personas que departían en esa tienda empezaron a acosarla a ella y a sus familiares cada que salían de casa. Dijo que cada que pasaba por ese lugar era intimidada por las personas de allí, convirtiéndose en una víctima de acoso sexual en reiteradas ocasiones.
Incluso, recordó al medio citado, el nivel de acoso de la afectada llegó hasta tal punto en que el pasado 23 de agosto, personas que departían en aquella tienda se ubicaron frente a la casa de las dos mujeres y no las dejaron pasar, lo que provocó un ambiente violento que acentuó el conflicto.
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El hecho más grave ocurrió tiempo después, cuando, según lo que le contó Pérez al medio local mencionado, una mujer intentó meter las manos por la ventana de la vivienda que habitaba ella y su madre. Ante este acto, Pérez dijo que retiró las manos de la mujer y cerró la ventana, lo que ocasionó una reacción violenta por parte del hombre que acompañaba a la mujer de afuera.
El sujeto golpeó con fuerza la ventana, rompiendo el vidrio sobre la mujer denunciante. Los cristales rotos le afectaron gran parte de la cara, provocándole heridas que requirieron de intervención médica. A Mariana Pérez tuvieron que suturarle la nariz y la ceja y hasta la obligaron a incapacitarse durante 15 días. Esa serie de hechos y hostigamientos conllevó a que ella y su madre optaran por poner la vivienda en venta, por resguardar su seguridad. Pérez sostuvo que las autoridades no han hecho mayor trabajo al respecto. "Solo espero que estas personas aparezcan y que las autoridades hagan algo", dijo al medio de comunicación mencionado.
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JULIÁN CAMILO SANDOVAL
NOTICIAS CARACOL DIGITAL
JSANDOVAL@CARACOLTV.COM.CO