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Jonathan Vergara, un exhabitante de calle, logró obtener el mejor puntaje del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES) dentro del programa de educación flexible para personas en situación de calle en la ciudad de Bogotá. Su puntaje fue sobresaliente y hoy demuestra que nunca es tarde para volver a empezar.
Jonathan nunca imaginó que sería reconocido por su pilera y fuerza de voluntad. Mucho menos pensó que estaría frente a una cámara para contar que hoy es uno de los estudiantes con mayor puntaje en el examen del ICFES. "En ese momento yo pensé que no era algo grande. Lo consulté con una sobrina y ella me dice: 'No, tío, eso fue una locura. Mi puntaje fue menor y el tuyo está por encima. Yo creo que que sí se puede inscribir para alguna universidad'", dijo Vergara en diálogo para Noticias Caracol.
Para el hombre, fue volver a su adolescencia. "Recordar de pronto cosas que había perdido, esa motivación de querer estudiar, de querer superarme, todo eso se había perdido. En este momento en que yo llego a una aula de clases como estas, para mí fue muy emocionante", agregó Vergara, quien decidió darle un giro a su vida desde hace dos años cuando aceptó la mano amiga de un equipo de la Secretaría de Integración Social de Bogotá,
Una persona de esta entidad del Distrito se le acercó mientras estaba en un andén, tratando de sobrevivir e inmerso en un ambiente muy difícil, en donde la adicción lo ataba a seguir en las calles. "Conozco este proyecto. Para mí me llena de ilusión el poder seguir estudiando, el poder seguirme superando después de haber caminado por lo más bajo", relató el hombre, quien fue habitante de calle durante cerca de seis años. "Se perdieron todos los sueños, todas las esperanzas que yo tenía, las ganas de vivir".
Vergara hace parte de un grupo de 200 jóvenes que vivían en condición de calle y que recibirán su diploma de bachiller en los próximos días gracias a la estrategia distrital conocida como Círculos Preparatorios Integrales de Aprendizaje (CIPRIEA), que les permite cursar estos ciclos educativos. "La diseñamos de manera conjunta con la Secretaría de Educación, pensando particularmente en llegar a esa población con oportunidades de formación para que puedan terminar sus ciclos tanto de primaria como de bachillerato", explicó una funcionaria.
El hombre sueña con ingresar a la universidad, ayudar a su familia, llenar de orgullo a su mamá y dar su mano a otros, que como él, tocaron fondo. "Que puedan ver que que de pronto estaba en la calle y que digan: 'yo a este muchacho lo conozco y lo he visto'. Y que puedan decir: 'bueno, si él lo logró, ¿yo por qué no?", argumentó Vergara.
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El futuro graduado aseguró que para lograr estar donde está se necesitaron varias cosas, "mucha fuerza de voluntad, amor propio y amor por la familia, porque a uno lo que más le duele estando en la calle es perder ese amor que uno siente por la familia y que ellos sienten hacia uno. Que eso se pierda es para uno lo más difícil. Decirlo así se me vienen las lágrimas porque pienso en mi mamá, en todo lo que ella ha sufrido, en todo lo las preocupaciones que le causé", concluyó.
Por medio de la estrategia del Distrito, conocida como Círculos Preparatorios Integrales de Aprendizaje (CIPREIA), cada semestre más personas habitantes y exhabitantes de calle han podido completar sus ciclos de formación. "Logrando cumplir sus sueños y abriendo el camino para obtener nuevas oportunidades sociales, académicas y laborales", según se lee en la página de Integración Social.
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Los participantes del CIPREIA cuentan con distintos ciclos educativos. "Los cuales comienzan con la adquisición de habilidades de lectura y escritura, y culminan en el ciclo VI que es la obtención de sus títulos de bachilleres académicos, de manera que los habitantes y exhabitantes de calle se capacitan en áreas fundamentales como matemáticas, lenguaje, ciencias naturales y sociales".
NICOLL BUITRAGO
EDITADO POR MATEO MEDINA ESCOBAR
NOTICIAS CARACOL