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Harold Barragán logró mantenerse fuera del radar de los investigadores que seguían el rastro del asesinato del senador Miguel Uribe Turbay durante dos meses. Su nombre no figuraba en las primeras diligencias ni en los operativos que llevaron a la captura de Elder José Arteaga, alias El Costeño, señalado como jefe logístico del crimen. Sin embargo, la presión policial en el barrio El Muelle, en la localidad de Engativá, lo llevó a presentarse voluntariamente ante la Fiscalía. Lo que parecía una jugada para despistar a las autoridades, terminó por incriminarlo.
Barragán entregó su celular como prueba de que no tenía relación con el homicidio. No obstante, la Policía Judicial logró recuperar información que habría sido borrada por él.
Lo que encontraron fue revelador: capturas de pantalla de videollamadas entre Barragán y El Costeño, fotos de armas de fuego, fotos de estupefacientes y un grupo de WhatsApp llamado Plata o Plomo, donde se coordinó cada paso del atentado.
“Allí se documentaban los seguimientos al senador y se realizaba la coordinación de todas las actividades delictivas de esta estructura”, explicó la fiscal del caso.
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En ese grupo se compartía información en tiempo sobre los movimientos del senador Uribe. Además, una de las capturas muestra a El Costeño informando a Barragán que el menor de edad encargado de disparar recibiría 20 millones de pesos.
El celular de Barragán también contenía fotos de Elder Arteaga en reuniones que, según los investigadores, fueron clave en la planeación del ataque. Además, había imágenes de armas de fuego de distintos calibres. La Fiscalía sostiene que Barragán fue determinante en la elección del arma utilizada y en su configuración para disparar en ráfaga. “Allí se entrega el arma y se afinan los detalles del atentado. Elder Arteaga realiza una nueva videollamada a usted, Harold Barragán, quien le indica la manera como debe ajustar el arma”, señaló la fiscal.
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Pero el vínculo de Barragán con el crimen va más allá. El menor de edad que disparó el arma, ya sancionado a siete años de internamiento, lo identificó como su jefe. “El mismo menor dice que Harold es su ‘firma’. En el contexto de esta estructura, ‘la firma’ es una persona que se encuentra por encima de ellos”, explicó la fiscal.
La investigación también puso en el radar a tres nuevos nombres: alias Mosco, Viejo y Caleño. El más relevante es Mosco, presunto jefe de la banda multicrimen que habría ejecutado el asesinato. Barragán, por su parte, tiene una huella criminal de más de diez años por delitos como estafa y tráfico de drogas, especialmente tusi, del cual se encontraron múltiples imágenes en su celular.
En medio de la audiencia de imputación de cargos, Harold Barragán se declaró inocente. Sin embargo, las pruebas digitales, los testimonios y la reconstrucción del grupo Plata o Plomo lo ubican como pieza clave en la ejecución del crimen. En la próxima audiencia, el juez decidirá si lo envía a prisión preventiva mientras avanza el proceso judicial.
CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOL
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