La pandemia les ha pasado factura a miles de negocios en Colombia. Inclusive, muchos que llevaban cincuenta años o más han tenido que cerrar por esa y otras razones.
En el sector del Parkway de Bogotá, en el tradicional barrio La Soledad, teatros, cafeterías , librerías y hasta oficinas dejaron de existir.
Un ejemplo de eso es Arlequín, una pastelería y panadería con más de cinco décadas de tradición endulzando a los capitalinos, y a la que en este 2021, por una decisión familiar, sus dueños decidieron decir adiós.
“Demasiado, nos duele mucho, mucho, mucho, demasiado. Nos duele acá, y lo mejor es que nos recuerden de una manera dulce”, dice entre lágrimas Otmar Kahnhauser, dueño de la pastelería Arlequín.
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“No fue determinante la pandemia sino fue más bien una decisión de familia de bueno paremos, paremos. En algún momento de la vida hay que parar y creo que nos llegó a nosotros”, añade Patricia Kahnhauser, miembro de la familia propietaria.
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Con esta decisión se acaban sus recetas alemanas, postres, almuerzos, experiencias. Aunque dejaron grandes historias de vida en sus colaboradores.
“Muchos de nuestros empleados entraron y estuvieron con nosotros a lo largo de 20 a 25 años. Eso hizo que una empresa tan pequeña pudiera pensionar a 18 personas a lo largo de su historia”, agrega Patricia.
Sus dueños recuerdan cómo niños que hoy son adultos llegaban a compartir con sus hijos.
“Venían ya con sus hijos y decían miren les voy a contar unas historias y nosotros veníamos y nos robábamos los chocolates cuando la señora se descuida”, recuerda Otmar.
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Fue una empresa familiar, de ascendencia alemana, en la que sin importar el costo, siempre importaron la materia prima de ese país.
Hoy deben decir adiós con nostalgia y amor.
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