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A pesar de las intensas lluvias que han caído sobre Bogotá durante el mes de marzo, los niveles de los embalses que abastecen de agua a la ciudad no han mostrado una mejora significativa. Esta situación ha generado preocupación entre los ciudadanos y las autoridades, quienes buscan entender las razones detrás de este fenómeno y encontrar soluciones para evitar una crisis de abastecimiento. La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha explicado que, aunque las lluvias han sido constantes y fuertes, no han caído en las zonas donde se encuentran los embalses del Sistema Chingaza, que son los principales proveedores de agua para Bogotá.
Alfred Ignacio Ballesteros Alarcón, director general de la CAR, señaló en una entrevista para Noticias Caracol en vivo: “No siempre que llueve en Bogotá, llueve en las áreas de los embalses. Puede llover intensamente en la ciudad, pero si las precipitaciones no ocurren en las cuencas que los alimentan, no habrá una recuperación significativa en los niveles de agua”.
Las precipitaciones en la ciudad terminan en el río Bogotá, utilizado principalmente para la generación de energía, y no contribuyen directamente al llenado de los embalses. Además, el agua de los drenajes urbanos se destina mayormente al uso agropecuario en la zona occidental de la Sabana. Otro factor importante es la alta demanda de agua en Bogotá y sus municipios aledaños.
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Según la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), se están extrayendo aproximadamente 16 metros cúbicos de agua por segundo de los embalses, superando la capacidad de recuperación de los embalses, incluso con las lluvias actuales. La situación se agrava debido a la falta de lluvias en las zonas críticas del Sistema Chingaza, lo que impide que los embalses recuperen sus niveles óptimos.
Las lluvias en Bogotá siguen un régimen bimodal típico de la región andina, con dos temporadas de lluvias al año. Sin embargo, para que los embalses del Sistema Chingaza se llenen, se necesitan lluvias provenientes de la zona oriental y de la Orinoquía.
Estas áreas son cruciales para el abastecimiento de agua, pero no han recibido las precipitaciones necesarias en los últimos meses. La falta de lluvias en estas zonas ha mantenido los niveles de los embalses en una tendencia descendente, a pesar de las lluvias en la ciudad.
A los 14 días del mes de marzo, los niveles de los embalses, según el reporte de la Alcaldía de Bogotá y la CAR, se encuentran de la siguiente manera:
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La demanda de agua en Bogotá y sus alrededores sigue siendo alta, lo que afecta la recuperación de los embalses. La EAAB ha implementado medidas de racionamiento y ahorro para enfrentar esta situación, pero la extracción constante de agua sigue siendo un reto. La gerente Natasha Avendaño García destaca la importancia de mantener los hábitos de ahorro aprendidos en los últimos meses.
Siendo así, la EAAB y la CAR han promovido diversas estrategias para enfrentar la crisis de agua en Bogotá. Entre ellas se encuentran la reutilización del agua de la lavadora para descargar el sanitario, cerrar la llave mientras se enjabonan las manos y disminuir el riego de jardines. Estas medidas buscan reducir el consumo de agua y aliviar la presión sobre los embalses
El alcalde Carlos Fernando Galán mencionó en una entrevista con Noticias Caracol en vivo que, si la tendencia de los niveles de los embalses sigue siendo favorable, es posible que el racionamiento termine en abril.
Galán explicó que en enero y febrero los niveles estuvieron por encima del promedio histórico y, si marzo sigue esta tendencia, en abril podrían levantar el racionamiento. Sin embargo, se recomienda no bajar la guardia y continuar con las medidas de ahorro hasta que se haga un anuncio oficial.