El COVID-19 hizo que Miguel Antonio Velandia viviera un calvario en Bogotá. Ahora que está recuperado, cuenta su experiencia y advierte a quienes aún no creen en la pandemia.
"Estaba tomándome un tinto y me retiré el tapabocas, creo que ahí fue el contagio", dice Miguel, de 31 años. Sí, en un pequeño descuido comenzó todo.
Terminó, entonces, en una unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital de El Tunal.
“Los pulmones me dejaron de funcionar completamente y luego escuché que me iban a entubar, llamaron a un familiar y no recuerdo más", cuenta.
Publicidad
Debido a la gravedad de su estado, estuvo en coma inducido y luchó 10 día por su vida. Jamás imaginó que a los 31 años el coronavirus lo llevara al borde la muerte.
"La verdad no recuerdo absolutamente nada del tiempo que estuve en coma, pero lo que me dicen es que mi cuerpo no estaba reaccionado bien. Después de que me mostraron los videos de mis familiares enviándome los saludos, mi cuerpo tomó otra reacción y comencé a recuperarme", asegura.
Publicidad
Ahora habla de las secuelas y señala que no ha podido recuperar la movilidad de un pie y su pulmón izquierdo no funciona igual. Por eso es claro cuando manda un mensaje.
“Lo único que les podría decir es que, si no creen en eso (el COVID-19), cuando esa enfermedad toque la puerta de su casa, no se vayan a poner a llorar y a culpar a nadie. Usted mismo fue el culpable", asevera.