El guarda de la Universidad Nacional en Bogotá que permaneció 96 horas protegiendo la sala de control de seguridad del centro educativo fue relevado tras su angustioso testimonio. El vigilante evitó, en medio de la toma del edificio Uriel Gutiérrez, que encapuchados, según él, quemaran el lugar.
Fueron 96 horas de una indescriptible mezcla entre la angustia y el valor, cuatro días y medio donde su única comunicación con el mundo exterior fue a través de llamadas y la descripción de sus compañeros que trataron de transmitirle calma en medio del caos.
A través de Noticias Caracol, Henry Balcázar, desde una sala completamente cerrada, aislada y cuyo único acceso se otorga por dentro, pues desde allí se custodia el cerebro electrónico y de seguridad del alma máter, fue escuchado por los colombianos el pasado jueves, 11 de abril de 2024.
Minutos antes de salir, no sin antes garantizarse su relevo, este hombre de 56 años, 34 de ellos dedicados a la Universidad Nacional, contó que fue el arraigo y el amor por el campus lo que no le permitían dejar su puesto de trabajo a la deriva de encapuchados.
“Yo no puedo dejar tirado mi sitio de trabajo para que vengan dos o tres personas que no son parte del movimiento estudiantil, que están infiltrados, vengan y lo vandalicen y tiren a la basura más de 20 años de trabajo que ha llevado, trabajo arduo que nos ha tocado hacer para implementar la seguridad electrónica en los diferentes edificios”, manifestó Balcázar.
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Además, dijo que su fortaleza fue el apoyo de su familia y por eso siempre tuvo claro llegar hasta las últimas consecuencias.
“Hasta la vida misma si es necesario la daría con gusto, luchando, peleando, defendiendo con las uñas, con lo que sea, con lo que se pueda, defendiendo al máximo la dependencia para la cual trabajo, la división de vigilancia”, sostuvo.
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Fueron cuatro noches las que pasó acomodándose como pudo en una silla, vencido por el sueño y la incomodidad dentro de la Universidad Nacional.
¿Cuándo inició la toma de la Universidad Nacional?
Días antes de esta toma violenta, la situación se veía venir. En cámaras de seguridad del pasado 8 de abril se observan a unos encapuchados con machetes y elementos contundentes, quienes ocasionaron el caos y destrozaron parte de la infraestructura del plantel educativo.
Por ahora, Henry ya está con su familia y alguien más, sin duda con el mismo valor, custodia la sala de la Universidad Nacional que guarda la historia de un héroe que lo único que pide es sensatez.