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En la vereda Mandur, zona rural de Puerto Guzmán, en Putumayo, hombres del Ejército Nacional fueron víctimas de una nueva asonada tras un operativo contra la minería ilegal. Un grupo de personas empezó a seguir a los uniformados y, en medio de la persecución, un soldado disparó. Uno de los tiros impactó en el pie de un civil.
El general William Cotua, comandante de la Brigada 27 de Selva, le aseguró a Noticias Caracol que los hombres reaccionaron así porque la gente que los siguió los amenazó con “que les van a quitar los fusiles y con ellos los van a asesinar”.
El general Cotua detalló que el Ejército “está adelantando unas operaciones contra la minería ilegal, todo amparado en el plan estratégico Ayacucho. Estábamos desarrollando una operación contra la minería ilegal en la vereda Mandur, del municipio de Puerto Guzmán, en donde logramos destruir dos unidades productoras de minería ilegal, dos retroexcavadoras, también unas clasificadoras, unas mangueras, unas bombas”.
Al culminar con esa labor, relató, “somos asonados por la población civil, un grupo aproximadamente de 80 personas, los cuales empezaron a humillar a mis soldados, a atacarlos con elementos contundentes, a insultarlos e increparlos. El Ejército Nacional en cumplimiento del cuidado y de los derechos humanos evitó la confrontación directa con la población civil, pero estos empiezan a perseguir a mis soldados y empiezan a decir que les van a quitar los fusiles y con ellos los van a asesinar”.
“Producto de esto, nuestros soldados, que tienen también sus derechos humanos, hicieron uso de la legítima defensa en donde hacen unos tiros de advertencia al suelo. Infortunadamente un civil coloca su pie en la trayectoria de uno de estos disparos y es herido en el pie derecho. Ya se encuentra fuera de peligro y ya colocamos todas las denuncias”, agregó.
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El oficial añadió que no solo el civil resultó herido en esa asonada, “tengo tres soldados heridos, con contusiones, y de esa forma evitamos que la población civil siguiera escalando en ese nivel de hostilidad que tiene hacia la fuerza pública por el trabajo que estamos haciendo contra estas economías criminales”.
Según el general Cotua, la comunidad fue “instigada por los grupos armados organizados, específicamente Estructura 48 Comandos de Frontera. ¿Por qué decimos que está instigada? Ellos están instigados porque inducen a la población civil a este tipo de economías criminales, tanto el narcotráfico como la minería ilegal, de la cual se lucran muchísimo estas estructuras criminales”.
El oficial manifestó que la situación contra la fuerza pública ha venido “escalonando y hay unos eventos que ya se han presentado aquí en mi brigada. El evento del 8 de julio donde me secuestran un soldado y me queman un vehículo que es del Estado. Luego el 3 de septiembre donde me queman al teniente Mejía y a los dos soldados. Y ya en este evento, mire hasta dónde escalonan, en donde estas personas dicen que les van a quitar los fusiles y que con ellos van a asesinar a los soldados”.
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“Este nivel de escalonamiento en el nivel de las hostilidades hizo que mis soldados se defendieran haciendo unos tiros de advertencia y definitivamente funcionó porque estas personas no siguieron increpando, insultando, atacando y humillando a mis soldados”, agregó.
El fin de semana, en El Tambo, Cauca, 45 militares fueron secuestrados por la comunidad y un día después liberados. Uno de los soldados retenidos, afirmó que se sienten “humillados, maniatados, nos sentimos débiles ante una justicia que desafortunadamente contra nosotros los militares es demasiado fuerte, pero contra los bandidos es muy laxa y permisiva”.
Y se preguntó qué pasaría si sucediera una situación como la ocurrida este 10 de septiembre en Putumayo: “¿Será que están esperando a que un soldado presionado por la situación dispare y termine asesinando campesinos? ¿Será que el Gobierno nacional, los derechos humanos nos van a respaldar en el momento en el que una cosa así suceda? Y créanme que va a pasar en algún momento. Miren al señor teniente en el Putumayo. Lo intentaron quemar vivo con otro soldado. ¿Hasta dónde llega la humildad que tenemos los soldados para permitir que alguien nos queme? Entonces, ¿cómo sería si el soldado se defiende y le genera heridas a un campesino? ¿Será que a mí la justicia me va a cobijar o sencillamente me va a mandar a la cárcel porque es un humilde campesino que estaba defendiendo su producción de coca?”.
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