El desvelo fue organizado por la conferencia episcopal, que aprovechó para reforzar el mensaje que trae el pontífice para los colombianos.
Con el encendido de la emblemática torre, que todas las noches engalana el centro de Bogotá, los devotos manifestaron estar listos para recibir al jerarca de la iglesia católica.
"Esto es una bendición que no se puede definir con palabras sino con hechos", afirma, María Emma López, asistente a la vigilia.
"Es un momento especial para la historia de Colombia y también desde nuestra fe", asegura Jonathan Hernández, feligrés.
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Con este emotivo acto, entre cantos, consignas y la imagen de su santidad, la Conferencia Episcopal invita a los ciudadanos a ser constructores de paz.
"En la construcción de una Colombia nueva, llena de esperanza, una Colombia en la que se haga realidad el perdón", aseguró el presbítero José Ignacio Capador, director del departamento Misiones del Episcopado.
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