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Coronel Javier Rodríguez Porras, que estuvo 10 años secuestrado, fue llamado a curso de ascenso

El coronel Javier Rodríguez Porras fue uno de los policías que recobró su libertad en la Operación Jaque. Recordó que hace un tiempo se encargó de la seguridad de los congresistas que antes fueron sus captores.

Llaman a curso de ascenso al coronel Javier Rodríguez Porras, que estuvo 10 años secuestrado

A curso de ascenso de general de la Policía fue llamado el coronel Javier Rodríguez Porras, quien permaneció 10 años secuestrado por la extinta guerrilla de las FARC en las más inhumanas condiciones.

Todo ocurrió en un brutal ataque guerrillero en 1998, cuando era un teniente de la Policía. Hoy, ya como coronel y comandante de la Policía en Popayán, recordó el infierno que vivió.

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“En ese momento, Colombia estaba pasando por una situación compleja y el primero de noviembre de 1998 se da un ataque guerrillero a Mitú, Vaupés, y allí fuimos secuestrados 61 policías. Posterior a eso, se da la Operación Jaque y el 2 de julio de 2008 recuperé mi libertad”, relató.

El momento más difícil del cautiverio “fue la muerte de mi capitán Ernesto Guevara, quien fallece en el campamento al lado de nosotros”, anotó.

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A pesar del horror del secuestro, el coronel Javier Rodríguez Porras siguió con honores su carrera en la Policía.

“Logré mostrar en 16 años algunas capacidades, que creería que fueron consideradas en la junta de selección para el curso de ascenso a general", señaló.

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Al recibir la buena nueva, el oficial dijo que fue “un momento muy emotivo".

"De hecho, comparo en este momento mi libertad con el llamamiento a curso de la noticia, cuando nuestro director nos notifica”, afirmó.

El coronel Javier Rodríguez Porras también habló del tiempo en que se volvió a encontrar con quienes fueron sus captores en las extintas FARC.

“Yo estuve en el Congreso de la República durante tres años y allí tuve contacto con ellos directo. De hecho, manejaba la seguridad y los esquemas de seguridad. En su momento, hicieron algo que tal vez no imaginaron el daño que podrían causar”, contó.

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Pero en su vida solo hay cabida para el perdón, porque tiene la firme creencia de “que quien anida odio en su corazón renuncia a la posibilidad de ser feliz”.

Ahora solo tiene un objetivo y es seguir buscando la libertad para los secuestrados que aún hay en Colombia.

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