La Corte Constitucional estudia una ponencia del magistrado Alberto Rojas que promete levantar roncha internacional: pide repatriar cuanto antes el tesoro Quimbaya que en el siglo XIX le regaló a España el presidente Carlos Holguín Mallarino.
El historiador Jaime Lopera sueña con ese retorno.
“Nosotros creemos que si el fallo lo facilita el presidente Juan Manuel Santos, con el togado de un premio Nobel encima, puede ir directamente a hablar con el rey Felipe a España y pedirle que haga la devolución al territorio colombiano de un patrimonio artístico que nos pertenece no solo a los quindianos sino a todos los colombianos”, dice Jaime Lopera, presidente de la Academia de Historia del Quindío.
De ser aprobada la ponencia, el gobierno Santos tendría un año para traer las 122 piezas de oro por la vía de la diplomacia. Si no es posible, debe acudir al comité para el fomento del retorno de bienes culturales de la Unesco y si aun así España no entrega el tesoro, el Gobierno tendría que demandar ante la justicia de ese país el retorno inmediato de ese patrimonio cultural: un pleito de quilates.
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Fuimos hasta las montañas de Filandia en el Quindío donde, según los cronistas de la época, los guaqueros extrajeron oro en cantidades extravagantes. Diego Torres, habitante de la vereda La Soledad, cuenta que los guaqueros todavía rondan esas tierras y que él mismo ha sido testigo de las llamas que súbitamente aparecen en la noche. Como si fueran fantasmas de tesoros enterrados que buscan ser descubiertos.
Pero, ¿cuál es el lío del tesoro?
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Todo se remonta a 1891. Ese año el guaquero Fabio Lozano le vendió el tesoro Quimbaya al gobierno por un valor de 70 mil pesos. Las piezas pesaban 21 kilos de oro. Al año siguiente, en 1892, el presidente Carlos Holguín Mallarino, sin el permiso del Congreso, se lo regaló a la reina de España, María Cristina de Habsburgo-Lorena. Holguín dijo entonces:
"Se ha enviado a Madrid la colección más completa y rica en objetos de oro que habrá en América, muestra del mayor adelanto que alcanzaron los primitivos moradores de nuestra patria".
En 1893 el tesoro llegó a Madrid. Según Holguín, dicho obsequio fue una muestra de agradecimiento de Colombia con la corona, que ayudó a resolver un pleito fronterizo con Venezuela; 115 años después el abogado Felipe Rincón y la academia de historia del Quindío emprendieron una batalla por la recuperación del tesoro.
Su tesis es que el presidente Holguín no podía regalar ese patrimonio sin autorización del Congreso, menos si se trataba de la cultura milenaria de los quimbayas.
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El magistrado Rojas les dio la razón, pero en Quindío no todos son optimistas. El historiador Ariel Granada tiene sus razones.
“Lo veo imposible. Yo recuerdo que aquí un alcalde de Armenia pidió el tesoro y le contestaron del Museo de América: señor alcalde de Armenia, el tesoro pertenece a la corona real española. Atentamente, Museo de América Madrid. Patético”.
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El viejo Fortunato Piedrahita, un exguaquero de la zona que dice tener 110 años, es más optimista sobre la repatriación del tesoro.
Recorrimos la vereda La Soledad, donde fue hallado ese patrimonio en 1890. Entre cafetales nos fuimos adentrando en los túneles de oro, ya saqueados. Desde esas cuevas, Álvaro Camargo, miembro de la Academia de Historia del Quindío, desanda el pasado de los quimbayas:
“En este lugar se encuentran las bocas o vestigios de los túneles donde se extrajeron las guacas que hacen parte del tesoro quimbaya. Victoriano Arias y Norberto Ospina, guaqueros avezados de la época de la colonización de este territorio, estamos hablando de 1890, encontraron en este lugar de La Soledad dos guacas donde extrajeron las 124 piezas de oro que hoy día reposan en el Museo de las Américas, en Madrid. En este lugar sacaron más de 400 libras de oro”.
Todo Filandia, todo Quindío y toda Colombia reclaman el tesoro. Sin embargo, la respuesta del gobierno Santos a la corte va en otra dirección.
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“Solo en el evento en que España manifestara su voluntad unilateral de entregar al Estado colombiano la colección que le fue donada en el siglo XIX, ese tesoro podría volver a Colombia".
En estas verdes montañas la fiebre del oro hizo sus estragos, pero el regalo histórico todavía les duele.
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En manos de la Corte y del gobierno está ese regreso deseado.