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El 18 de febrero de 2023, Nancy Elvira Buitrago desapareció en el sector El Cucaracho del barrio Robledo, en Medellín. Tenía 36 años. Su ausencia se convirtió en angustia para su familia, que durante semanas buscó respuestas, aferrándose a la esperanza de que regresara. Pero esa esperanza se quebró el 27 de marzo, cuando las autoridades hallaron su cuerpo decapitado en una quebrada del mismo barrio. La confirmación de su identidad por parte del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses cerró una etapa de incertidumbre, pero abrió otra en la que se buscaba justicia por este feminicidio.
Nancy no murió por accidente, pues fue víctima de un ciclo de violencia física, verbal y psicológica ejercido por Rafael Ramiro Vanegas Muñoz, su pareja sentimental. Las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación revelaron que él la había amenazado en varias ocasiones con asesinarla y arrojarla a un río para evitar que fuera encontrada. Este criminal lo dijo y lo hizo.
La víctima fue encontrada con signos de violencia, decapitada y en estado de descomposición.
Durante el tiempo en que Nancy estuvo desaparecida, su familia recibió llamadas anónimas que aseguraban que ella se había ido a trabajar a Barcelona, España: una mentira cruel que buscaba encubrir el crimen, desviar la atención y prolongar el sufrimiento de quienes la amaban.
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El caso llegó a juicio oral. Luego de valorar las pruebas presentadas por la Fiscalía, un juez penal de conocimiento condenó a Vanegas Muñoz a 55 años de prisión por los delitos de feminicidio agravado y desaparición forzada. El feminicida fue capturado por la Policía Nacional en mayo de 2024 y deberá cumplir su condena en un centro carcelario. Aunque la sentencia es de primera instancia y aún proceden los recursos de ley, el fallo representa un paso hacia la justicia.
Denunciar la violencia intrafamiliar es un acto de valentía y protección. En Colombia, existen varios canales para hacerlo:
Además, hablar con personas de confianza, buscar apoyo psicológico y acudir a organizaciones sociales puede ser clave para salir del ciclo de violencia. Denunciar salva vidas. No estás sola. Hay ayuda.
La violencia de género no empieza con el golpe final. Comienza con el control, con la humillación, con el miedo. Y si no se detiene a tiempo, puede terminar como terminó la historia de Nancy: en una quebrada, en silencio, en el olvido.
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CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOL
X: RojasCamo
Correo: wcrojasb@caracoltv.com.co
Instagram: Milografias