El 23 de noviembre, el Ministerio de Transporte en concertación con los gremios interesados, reglamentó el servicio de taxis de lujo en el país. Según Natalia Abella, jefa de la cartera, la normatividad tenía como principios la comodidad, accesibilidad, calidad y seguridad de los pasajeros.
El anuncio zanjó una aguda polémica que enfrentó a los tradicionales profesionales del volante con el floreciente servicio de Uber, en medio de interminables denuncias y quejas del servicio prestado por taxistas.
"Estamos estableciendo reglas claras en el mercado para crear condiciones de competencia, estamos dando un paso más en la modernización del sector transporte", dijo Abello en un acto encabezado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, al que asistieron representantes de Uber y del gremio de taxistas.
En líneas generales, la normatividad establece que el servicio podrá ser prestado por las empresas que ofrezcan al usuario vehículos de alta gama, de 1.600 centímetros cúbicos en adelante, con capacidad para un mínimo de cinco pasajeros, dijo la ministra de Transporte, Natalia Abello.
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