Un grupo de exguerrilleros convirtió un espacio territorial en Caquetá en el caserío Héctor Ramírez, donde esperan recibir más ayudas del Gobierno.
Algunos, como Rubián Ramírez, trabajan en extensos cultivos de piña y otros, como Carlos Vargas, quien hizo parte del frente 15 de las FARC, se dedicó al oficio de la carpintería.
“Pasaríamos a convertirnos en un centro poblado, en el momento somos un caserío que está luchando por un reconocimiento a nivel municipal y departamental para poder reclamar del Gobierno unas ayudas”, dijo Víctor Ramírez, otrora comandante de la extinta guerrilla y que ahora vive en Agua Bonita.
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Asimismo, dijo que desde la legalidad lucha “por las mismas ideas de la construcción de una nueva patria, por lo que lamentó el anuncio de Iván Márquez.
En Agua Bonita, los excomandantes de las FARC han logrado sacar adelante alrededor de 23 proyectos colectivos y familiares y más de 30 niños han nacido en los últimos años.
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