Un exconcejal del municipio de Inírida, capital del departamento de la Guainía (este), y dos personas más fueron detenidas por realizar minería ilegal en el río Atabapo y usar sustancias tóxicas para la extracción de oro, informó este sábado la Fiscalía. Se trata del exconcejal de Inírida Juan Esteban Barrera Veloza; su mamá, Carmen Julia Veloza Pesquera; y Juan Camilo Aguado Hernández, quienes serían dueños de diez dragas usadas para extracción ilícita a gran escala de oro en ríos.
Según la investigación, Veloza Pesquera se encargaba de la logística para obtener y trasladar las dragas y contactar a los llamados 'buzos', los jóvenes que se sumergen y guían las dragas para extraer el oro. Por su parte, Barrera Veloza usó su cargo de concejal entre 2020 y 2023, según la Fiscalía, para tener información sobre las operaciones de control de las autoridades regionales.
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El exconcejal devastó el río Atapabo
Aguado Hernández estaría involucrado también en tareas de logística como adquirir insumos y repuestos, pero también en las propias labores de explotación del oro. El río Atapabo hace parte de la estrella fluvial del Inírida, un área de especial importancia ecológica, recordó la Fiscalía, quien subrayó que según los análisis, "se han detectado altos niveles de mercurio, una sustancia que es vertida indiscriminadamente a las aguas luego de ser utilizada en el proceso de obtención del oro".
Un fiscal les imputó los delitos de concierto para delinquir, explotación ilícita de yacimiento minero, daño en los recursos naturales y ecocidio, contaminación ambiental por explotación de yacimiento minero e invasión de área de especial importancia ecológica, según explicó el ente acusador en un comunicado.
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La minería ilegal amenaza la biodiversidad en Colombia
Los Farallones de Cali, una joya ecológica ubicada en la cordillera occidental de Colombia, enfrentan una amenaza sin precedentes: la minería ilegal. Atraídos por el aumento del precio del oro, miles de mineros han invadido este territorio, desatando una crisis ambiental y social devastadora. Los recientes operativos liderados por las autoridades han sacado a la luz la magnitud del daño, con explosiones resonando por las montañas, mientras los esfuerzos por recuperar el parque natural siguen siendo insuficientes. Esta información es de El Proyecto es Colombia, de Noticias Caracol en vivo.
Con el auge del precio del oro, especialmente tras la pandemia, casi mil personas han llegado a los Farallones, despojando al ecosistema de su vitalidad. La minería está dejando huellas profundas en la región: la contaminación de los ríos que abastecen a Cali, la deforestación masiva y el uso de mercurio en la extracción del oro están alterando el equilibrio de la biodiversidad. La fauna y flora local, una vez prósperas, ahora se enfrentan a un panorama devastador, con ecosistemas que están siendo reemplazados por paisajes áridos y contaminados.
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Los túneles ilegales, las trincheras y los socavones muestran el impacto irreversible de la minería descontrolada. A medida que los operativos continúan, se ha detectado una red de distribución de mercurio, esencial para las prácticas mineras, lo que indica la complejidad del problema. Esta minería no solo tiene consecuencias ambientales, sino que también está profundamente enraizada en problemas sociales y económicos.
Para frenar la minería, las autoridades han implementado un plan que incluye el uso de explosivos para destruir los socavones y detener la expansión de los campamentos mineros. Sin embargo, esta intervención, aunque importante, no es suficiente si no se abordan las causas subyacentes. Muchos de los mineros ilegales, en su mayoría personas empobrecidas, buscan en la minería una salida ante la falta de oportunidades laborales. Sin embargo, la solución que les parece temporal está resultando en un costo irreparable para la salud, el medio ambiente y las comunidades locales.