Uno de ellos era menor de edad y había denunciado otros falsos positivos. Los presentaron como guerrilleros abatidos en combate.
El buen nombre de Daniel Torres, de 38 años, y su hijo Roque Julio, de apenas 16, deberá ser desagraviado por el Estado colombiano.
En ceremonia pública, el Ejército deberá pedirle perdón a su familia. Así lo dispuso este fallo de 56 páginas que condenó a la Nación por estas ejecuciones extrajudiciales, perpetradas en marzo de 2007 en la vereda El Triunfo de Aguazul, Casanare.
Dos eran los objetivos de esos asesinatos: inflar los éxitos operacionales y silenciar a Roque Julio, quien había denunciado ante un juzgado de instrucción militar otros dos crímenes atribuidos a miembros de esa brigada en octubre de 2005 y agosto de 2006.
En la investigación se constató que el crimen de Daniel y Roque Julio Torres se planificó milimétricamente, que fueron fusilados a mansalva al filo de las 6 de la mañana del viernes 16 de marzo de 2007 y que después se simuló un combate. Doña Ángela Torres, esposa y madre de las víctimas le dijo esto a Noticias Caracol: “son unos cobardes que llegaron a una finca, sacaron a dos personas inocentes y las mataron”.
Este es un caso emblemático en las investigaciones por los mal llamados falsos positivos, pues por estos hechos fue detenido y enjuiciado el excomandante de esa brigada, general en retiro Henry Torres Escalante, quien se declaró inocente.
“Superiores fuimos engañados”: general (r) Henry Torres niega responsabilidad en falsos positivos