No para el rechazo y las críticas por denuncias de abusos sexuales a menores por parte de integrantes de las Fuerzas Militares. Los dos casos conocidos recientemente son el deuna niña embera en Risaralda y el de una pequeña nukak makú en Guaviare .
La situación ha hecho que organizaciones de derechos humanos le pongan la lupa al tema y les pidan explicaciones a las instituciones colombianas.
José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), dice que la “evidencia muestra que estos no son casos aislados, no son incidentes que ocurren de vez en cuando”, sino que “pareciera que corresponde a crímenes atroces que tienen alguna frecuencia al interior del Ejército”.
“Aquí lo que se configura es un abuso de poder por parte de soldados que pertenecen a la institución probablemente más poderosa del país y que se aprovechan de ese poder para ejercerlo contra mujeres y niñas que pertenecen a las comunidades probablemente más vulnerables”, enfatiza Vivanco, quien afirma que esto demuestra que los mecanismos internos de control y fiscalización no están funcionando.
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“El Ejército pareciera estar más interesado en proteger su reputación (…) Con el correr del tiempo, la institución ha estado más preocupada de resguardar el prestigio de la corporación en lugar de sancionar ejemplarmente a los responsables de estos crímenes atroces”, agrega.
Además, Vivanco rechaza que se hable “solo de manzanas podridas” ya que, si así fuera, “no habría mayor problema en abordar este problema, denunciarlo y apartar a esos soldados”.
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Dice también que no hay un cuadro completo del problema, que ocurre en varias zonas del país, porque las víctimas tienen miedo de denunciar.
El general Eduardo Zapateiro ha asegurado queson 118 las investigaciones dentro de la institución por abuso de menores .
Sin embargo, HRW dice que la información sobre la situación es escaza y se requiere de una cooperación comprometida y eficiente.
“Advierto que este fenómeno va a tener repercusiones en relación con la cooperación bilateral en materia de asistencia militar a Colombia por parte de los Estados Unidos”, puntualiza Vivanco.