Parece que ya no hay rincón en Colombia donde la extorsión no haya llegado. Aunque la Policía dice que este delito va en descenso, comerciantes, ciudadanos, expertos y hasta la misma Defensoría del Pueblo coinciden en que está desbordado.
Las tres principales razones para que las víctimas no denuncien son: porque no confían en las autoridades, temen ser asesinadas o simplemente no reciben sus casos cuando la cifra que exigen los delincuentes no es muy alta.
Uno de los afectados por la extorsión vive en Villavicencio. Los criminales atacaron a tiros su casa por no pagar.
Relató que fue “contactado por un comandante de las autodefensas campesinas, tenía que realizarle un pago por impuesto de guerra, que se estaban armando nuevamente en el departamento del Meta, me exigían una suma de entre 10 a 20 millones de pesos”.
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En el Chocó la situación no es muy distinta y denuncian que extorsionan incluso a quienes tienen arena para construir una casa.
Los comerciantes organizados del municipio de Quibdó hacen un llamado muy especial y urgente a la autoridad competente para que por favor actúen de una manera contundente para este flagelo de la extorsión, que nos tiene muy agobiados.
Los tentáculos de los criminales también se deslizan por Barranquilla, donde nadie parece escapar. Las víctimas dicen que durante el día les dejan amenazas en las puertas de las casas exigiendo dinero a cambio de no matarlas.
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Una joven se convirtió en presa de la extorsión porque a su novio le robaron el celular cuando esperaba el transporte para el trabajo.
“Me enviaron fotos íntimas con mi pareja que me di cuenta de que solo él las tenía”, contó. Los delincuentes le exigieron 5 millones de pesos para no publicarlas en redes sociales.
Pese a estas múltiples denuncias, las cifras de enero muestran una reducción en relación con 2021 -400 contra 511-.
Pero expertos como León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación, no están seguros de esos datos.
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“Yo creo que no es tan cierto lo que dice la Policía; ahora, ellos tienen cifras, pero nosotros recogemos, sobre todo abajo, todo ese sentimiento con la gente que recolecta nuestra información en diferentes departamentos”, señala.
Carlos Camargo, defensor del Pueblo, añade que “existe un subregistro por falta de denuncias de los afectados ante el temor a represalias de los actores armados ilegales; sin embargo, nuestros equipos en terreno advierten un aumento de las extorsiones en los últimos años. Esta situación se vuelve más preocupante debido al reclutamiento y utilización de menores de edad”.
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Juan Carlos Ruiz, profesor y experto en seguridad de la Universidad del Rosario, señala que la extorsión ha aumento en “regiones de frontera, regiones de colonización donde la presencia estatal es mínima, donde el ciudadano se siente desamparado, pero también está tocando las ciudades capitales: Medellín, Barranquilla, Cali y comienza a tocar muy fuertemente a Bogotá”.
René Higuita fue contactado por autoridades tras denuncia que hizo por extorsión, según Mindefensa
“En algunos barrios de Quibdó, por ejemplo, bajo la etiqueta de impuestos de guerra son extorsionados los tenderos y en algunas viviendas de las comunas 1, 2, 5 y 6 los ciudadanos deben asumir pagos por supuestos servicios de seguridad. Estas extorsiones ocasionaron desplazamientos forzados y a muchos comerciantes les tocó salir del territorio con sus familias y cerrar locales”, asevera el defensor del Pueblo.
Otras regiones golpeadas incluyen “el Pacífico, que es una zona bastante afectada; vemos la costa Atlántica donde no se cuenta la extorsión que hay por miles de maneras; entre Santa Marta y Riohacha, toda esa carretera está inundada de extorsiones a lado y lado y no hay forma de controlarlo, todo lo que está hacia la Sierra Nevada, entonces hay muchas zonas duras de extorsión”, precisa León Valencia.
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El experto también afirma que “la gente no se siente tranquila yendo a denunciar, eso es lo que ocurre y es lo que vemos en las regiones. Ahora, hay un afán por presentar en este cierre de gobierno cifras que no se compadecen con la realidad del país, cifras alegres, cifras para darle un cierre bonito”.