Yhonny Ramírez, el ex volante de Millonarios que antes defendía como un aguerrido león, esquivaba a sus oponentes y buscaba hacer diagonales para anotar, hoy se juega uno de los partidos más importantes: cambiar su estilo de vida para hacerle frente a la crisis económica.
“Obviamente no ha sido fácil, pero uno tiene que tener capacidad de adaptación”, dijo Yhonny Ramírez.
Un puesto de arepas se ha convertido en su salvavidas. Desde las 6 de la mañana se levanta y empieza a recibir los pedidos de sus clientes.
“A mí me iba muy bien, pero llegó la pandemia, a todo el mundo nos tocó reinventarnos y mantenernos, que es lo importante, mientras pasa todo este proceso”, afirma el futbolista.
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Después de retirarse del fútbol, comenzó una nueva carrera como entrenador, pero con la llegada de la pandemia , la vida lo llevó a conquistar un nuevo sueño y emprender su propio negocio.
“Ahora mi sueño es tratar de que este negocio se mantenga y que crezca, porque realmente cuando pase todo eso va a ser mucho mejor”, indicó.
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“Es un gran emprendedor, montó un gran negocio y frecuentemente hablamos, hacemos seguimiento, él todos los días apunta y me envía cuánto vendió y tiene una cosa muy prospera”, contó Eduardo Silva Meluk, ex presidente del DIM y de Millonarios.
Su principal aliado ya no es el balón y, por eso, también les deja un mensaje a los niños que entrenaba y a los demás pequeños que quieren ser futbolistas.
“Cuando va sumando años, va perdiendo ingresos, pero entonces uno también tiene que saberlo conocerlo y es la educación que también tienen que darles a los niños que vienen haciendo ese proceso; hay que estudiar”, aseguró.
Los clientes ahora no solo lo recuerdan por sus triunfos con Millonarios, Envigado y Leones, sino por el sabor de sus arepas de chócolo.
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“Muchos lo vimos luchando en la cancha y creo que, con ese carisma y ese amor que jugó, fue campeón con su equipo y mi equipo, porque soy de millonarios. Él le entrega todo a este negocio”, manifestó Karen Flórez, habitante de Envigado.
Su principal aliado ya no es el balón, es su bicicleta, con una mano maneja y con la otra carga los pedidos para repartir los domicilios de su nuevo negocio.