Como policías no pueden requisarlas, son contratadas para destruir estupefacientes en barrios o y otras ciudades. Muchas son cabeza de familia y deben plata.
Mientras que a algunas de las voluntarias les pagan en efectivo, a otras, que son consumidoras, les dan una parte en drogas.
“Nos vuelven adictas para que nos den más ganas de vender”, explica una de ellas.
Mujeres como Luisa, madre de cinco hijos, está vinculada al tráfico de droga por transporte de dos kilos de coca. Ella asegura que no pudo pagarle a un gota a gota y este le ofreció convertirse en un correo humano como forma de pago.
Según el comandante encargado de la Policía de Pereira, coronel Faber Dávila, en 2017 han aumentado las mujeres vinculadas al tráfico de droga en un 12%.
El primer factor de vinculación de estas mujeres son más deudas, y la mayoría son madres cabeza de hogar.
Updated: octubre 24, 2017 01:43 p. m.