El mundo se estremeció luego de conocer la muerte de un niño de 12 años de edad que se quitó la vida tras haber estado inmerso en el acoso escolar. Un caso que se volvió viral, y que puso a reflexionar a miles de personas sobre la importancia de combatir el bullyingy atender la salud mental de niños y jóvenes.
Una fotografía y el mensaje publicado por los padres de Drayke Hardman conmocionaron al mundo.
“¿Qué causaría que un niño de 12 años perdiera tanta esperanza en su corazón que se ataría su sudadera con capucha para quitarse la vida? Una palabra: Bullying", publicó Samie Hardman, madre de Drayke, en su cuenta de Instagram.
- En contexto: Una historia que nunca debería repetirse: la muerte de Drayke, niño de 12 años víctima de bullying
Una palabra que estremece y que afrontan millones de niños y jóvenes en el mundo. Según el Observatorio Internacional de Bullying Sin Fronteras, entre el 2020 y el 2021, Colombia registró cerca de 8.981 casos.
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“A veces no nos damos cuenta de la cara del niño, se pone nervioso a la hora de irse para el colegio, el rechazo, empiezan a estar muy irritable, todo les incomoda y otros empiezan a estar muy introvertidos y muy callados”, declaró la asesora nacional psicosocial de la Fundación Sergio Urrego, Nancy Barrera.
Son señales de alerta que pocas veces son detectadas a tiempo y que están traspasando fronteras sin distinguir aspectos sociales.
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Hace una semana fue la familia Hardman en Estados Unidos, y hace 9 años, la familia Urrego en Colombia.
“El suceso de mi hijo me hizo entender que era muy necesario escuchar a los jóvenes, bajarnos del pedestal de padres, del pedestal de docentes y dejarlos de mirar desde arriba, agacharnos, y empezar a mirar a sus ojos frente a frente para poder entender qué le pasaba los jóvenes en Colombia”, manifestó la directora de la Fundación Sergio Urrego, Alba Reyes.
La salud mental está empezando a ser tema de conversación y más aún en las nuevas generaciones. Un joven universitario le contó a Noticias Caracol cómo superó los episodios de depresión trassufrir de matoneo.
“Uno no sabe realmente en qué momento van a llegar esas afectaciones de la salud mental y tampoco estamos preparados para recibirlas. En mi caso, fue muy circunstancial porque fue un cúmulo de diferentes situaciones las cuales me hicieron detonar mis emociones. Sí, tuve intentos de suicidio”, expresó este joven.
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Antecedentes familiares, entornos poco sanos, estereotipos sociales, son solo algunas de las causas que poco a poco forjan un posible acosador, observador o víctima.
“Como los niños se están construyendo de una ideología de clasicismo, racismo, de machismo y de ‘LGTbfobia’ empiezan a tener una distorsión de la realidad y es porque todo lo que estás viendo no es real, no son cuerpos reales, pero los estás viendo todo el tiempo y así empiezas a decir y entrar en un proceso de frustración”, añadió Nancy Barrera.
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A todo eso se suma la baja autoestima, que comienza a hacer de las suyas.
“Venía en una decadencia constante que en algún punto ya era inevitable manejarla. De mi parte, es la clara diferencia entre hacerse el fuerte o dejar fluir todas las emociones para saber cómo contrarrestarlas. Sin embargo, si se te sale de las manos es bueno tener redes de apoyo ya sea amigos, familiares, personas externas que estén en la capacidad de brindar ayuda como un psicólogo”, manifestó el joven universitario entrevistado por Noticias Caracol.
Pedir ayuda es el paso a seguir luego de haber reconocido que algo no anda bien y comunicarlo con alguien de confianza será siempre la clave para recuperar la estabilidad emocional.
Precisamente, las instituciones educativas estarían siendo epicentro de este tipo de comportamientos que cada día afectan la estabilidad emocional de las nuevas generaciones.
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Sin importar cuanto se hable del tema, en pleno 2022, rondan por algunos pasillos de los colegios colombianos infinidad de excusas para agredir al otro con tan solo una palabra. El acoso escolar es uno de los principales motivos para que niños, niñas y adolescentes vivan con inseguridad y temor.
“En general me molestan mucho por los ojos. Siento que lo cojo como recocha para ocultarlo, pero hay veces que duele mucho”, confesó una estudiante de bachillerato.
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Los espacios educativos deben ser entornos seguros, en donde todos, además de estudiar, tengan las oportunidades de socializar; sin embargo, preocupa que estas generaciones están creciendo en un entorno lleno de prejuicios y señalamientos.
“Normalmente hemos llevado el tema del matoneo o acoso escolar o el bullying sólo a nivel escolar, pero también hay matoneo en las familias y matoneo en las casas y eso lo hemos venido ignorando”, aseguró la directora de la fundación Justicia Social, Eileen Genny Aguilar.
El país cuenta con la ley 1620 de 2013 en la que imparte a las instituciones educativas la normativa para prevenir, atender y hacer seguimiento a conflictos interpersonales que pongan en riesgo la estabilidad emocional de los estudiantes, todo a través del manual de convivencia.
“En algunos está planteado muy bien, pero se vuelve letra muerta, letra muerta se cumple con el requisito está en el manual de convivencia bien archivado, bien guardado en la biblioteca”, agregó Eileen Genny Aguilar.
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Solo 2 de cada 10 instituciones educativas lo ponen en marcha a través de espacios de mediación y diálogo. Ese es el caso del Colegio Distrital Cundinamarca, ubicado en el sur de Bogotá.
“Estos chicos siempre pidieron que se diera la posibilidad de un espacio en el cual ellos pudieran sentarse con sus compañeros cuando tenían alguna dificultad, alguna diferencia, pues a dialogar”, dijo la lideresa del proyecto ‘Cuenta conmigo’, Dora Edith Orjuela.
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El diálogo, un paso fundamental para solucionar, y reconocer que cada uno es diferente.
“Creo que lo importante es que nosotros nos amemos y respetemos nuestro cuerpo, lo demás no importa. Creo que entre estudiantes nos entendemos mejor porque sabemos que es lo que uno vive en esa etapa", sostuvo una estudiante de bachillerato.
El primer paso debería darse en casa, y se esperaría que sea reforzado en las aulas, donde se empiezan a forjar las personalidades y el futuro de estas nuevas generaciones.
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Líneas de atención en salud mental
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Si usted desea ser escuchado, puede contactarse con alguno de estos números, cuentas o chats:
- Línea 106
- Línea psicoactiva: 01 8000 112 439
- Línea Púrpura: 01 8000 112 137
- Línea Calma: 01 8000 423 614
- WhatsApp: 333 0333588
- www.porquequieroestarbien.com
Instagram: @hablandosolas
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